Venid y vamos todos con flores a Esperanza, comandante en jefa de la lucha contra la holgazanería sindical. De saque, 2.000 liberados a producir. "Es de aplaudir. Nadie quería ponerle el cascabel a este gato y de nuevo ha sido la Comunidad de Madrid la que ha lanzado el órdago", vitoreaba Carmen Tomás en La Gaceta. ¿Eso sólo? ¡Qué cortedad en el halago! Menos mal que Salvador Sostres, trovador de El Mundo, sí sabe tejer altares de palabras. ¿Es Shakira? ¿Es Beyoncé? No, es la lideresa con chapines: "Esperanza Aguirre es el punto sexy que necesita cualquier Estado o nación, o partitura o poema para desencallarse y librarse del tedio, sobreponerse y hallar la solución. Siempre es ella, pizpireta".

A Zapatero no le hacen esas odas. Ni siquiera cuando anuncia medidas con copyright carpetovetónico. "Y ahora, las pensiones", parecía quejarse en titular el editorialista de La Razón. Sólo parecía, porque los cuatro o cinco con paciencia para la letra pequeña pudieron leer esto: "Es muy necesaria la reforma anunciada por Zapatero, que, unida a la del sistema financiero y a la del mercado de trabajo, otorga a España un marco regulatorio fiable y tranquilizador para el inversor extranjero".

Seremos cobayas

En Libertad Digital, José García Domínguez copiaba la fórmula. Aparente palo en el titular -"El pensionazo"- y, escondido en la menudilla, confesión de que lo anunciado es lo correcto según la fe liberal: "No hay pirámide demográfica que pague a escote la pensión del prójimo, ni aquí, ni en la China". Sin dejar claro si está a favor o en contra, ABC completaba la zozobra de trabajadores y parados anunciando que pronto seremos cobayas. "Zapatero ofrece a España para ensayos contra el desempleo", decía un inquietante titular de primera.

No nos preocupemos, que hay asuntos de mayor trascendencia, como la visita de Benedicto XVI a la díscola tierra de Enrique VIII. Una pena, se quejaba el editorialista de Cope, que tal prodigio se vea contaminado por una calderilla como lo de los quinientos casos de pederastia en Bélgica: "Por desgracia hay gente incapaz de analizar serenamente la realidad, que vuelve a la carga intentando enturbiar el viaje del Papa con informaciones manipuladas sobre los casos de abusos sexuales cometidos hace décadas en el seno de la Iglesia, al hilo de las explicaciones ofrecidas, en este caso, por las autoridades de la Iglesia Católica en Bélgica". ¿Qué opinaría Dios?