Yaser Rida es el embajador de Egipto en Tel Aviv. El diario Maariv cuenta que tras el ataque del jueves pasado por parte de un comando de los Comités de Resistencia Popular, que costó la vida a ocho israelíes, seis civiles y dos militares, así como a cinco militares egipcios, en el sur del país, el primer ministro Essam Sharaf ordenó a Rida que volviera inmediatamente a El Cairo.

La retirada del embajador en Tel Aviv, que ha ocurrido en muy contadas ocasiones en las tres últimas décadas de relaciones entre los dos países, es una medida muy dura, que refleja un gran enojo. La muerte de cinco militares egipcios parecía justificar la decisión.

Sin embargo, el jefe del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, que es el órgano de poder superior en ese país, Hussein Tantawi, llamó al primer ministro egipcio, "le reprendió y le obligo a anular la decisión", dice Maariv. Y el embajador Rida, "que ya tenía las maletas listas" para regresar a El Cairo, se quedó en Tel Aviv.

Las relaciones entre Egipto e Israel son muy importantes para la estabilidad en el conjunto de Oriente Próximo, pero en esta nueva época que se abre en Egipto será necesario que se modifiquen los parámetros de esa relación.

El diario citado no lo menciona, pero en otros medios se ha comentado que ha sido una intervención directa de Washington la que ha evitado la retirada del embajador egipcio.

Todavía es pronto para saber qué dirección tomará Egipto después de la Revolución del 25 de enero. Hoy ni siquiera conocemos la fecha de las próximas elecciones. Pero sí sabemos que los Hermanos Musulmanes cuentan con muchas posibilidades de ganar.

El parlamento que salga de los comicios no será tan benévolo con Israel como lo fue el rais Mubarak. Y, como siempre, queda pendiente la cuestión de la ocupación de Cisjordania, que las autoridades israelíes ignoran, al tiempo que siguen construyendo desaforadamente en los territorios ocupados para sus colonos.

Mientras este asunto no se resuelva, es fácil que las relaciones entre Egipto e Israel estén sujetas a una crisis permanente.