Balagán

Más fuerte que nunca

"Israel es hoy más fuerte que nunca, y capaz de defenderse a sí misma", ha dicho el presidente Shimon Peres en la celebración de los 64 años de independencia de Israel. Lo ha dicho durante una demostración de fuerza del Ejército, que ha llevado al cielo de Jerusalén sus aviones y helicópteros de combate más modernos que garantizan esa fuerza.

Las palabras del astuto Peres responden a una realidad incuestionable. Los americanos entregan a Israel continuamente sus armas más sofisticadas y también Alemania, que le entrega submarinos con capacidad nuclear.

Un Estado, el judío, con menos de ocho millones de habitantes, posee un Ejército desmesurado y desproporcionado.

Pues bien, esta realidad incuestionable debería verse más bien como un problema, y de considerables dimensiones. Su incontestable superioridad militar hace que Israel no tenga ninguna intención de abandonar los territorios ocupados palestinos y el Golán, y, lo que es peor, absolutamente nadie se atreve a toserle.

El astuto Peres también ha dicho que las guerras que ha tenido Israel fueron iniciadas por sus enemigos, lo que no parece ajustarse a la realidad si se exceptúa la de 1973.

Peres responde al modelo de dirigente israelí que dice una cosa y hace otra. Sus palabras están teñidas casi siempre de un pacifismo del que no ha hecho gala cuando ha detentado del poder.

Ahora que tiene un cargo meramente honorífico dice que Israel "aspira a la paz". Lo dijo ayer, veinticuatro horas después de que se "legalizaran" otras tres colonias salvajes en los territorios ocupados.

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