Decíamos en la última entrada del blog que los israelíes han intensificado sus actividades en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, donde en la antigüedad estuvo el templo judío y donde desde el siglo séptimo están la mezquita al Aqsa y el Domo de la Roca.

La penetración de grupos de extremistas judíos se produce continuamente, cada vez con mayor intensidad. Ayer entraron en la mezquita unos 80 extremistas que corearon consignas y cantaron salmos para provocar a los palestinos musulmanes que estaban en la Explanada.

Grupos del Likud, el partido del primer ministro Binyamin Netanyahu, han convocado para el jueves una nueva incursión en la Explanada. Estos incidentes son cotidianos y tienen lugar porque la comunidad internacional no interviene de ninguna manera para que se respete el derecho internacional.

Estas actividades parecen tener un objetivo claro que es dar permiso a los judíos, que en su mayor parte son extremistas, para que puedan rezar en la Explanada, algo a lo que se oponen los musulmanes.

En este sentido son sintomáticas las palabras que el lunes pronunció sin cortapisas el jefe de la policía israelí, el exmilitar Yohanan Daninno: "Es un derecho reconocido de los judíos que no debe discutirse" la entrada en la Explanada. "Todo judío quiere rezar en el monte del templo, y quiere llegar a este lugar y hemos de garantizarle el acceso durante ciertos momentos concretos" del día, dijo con palabras muy medidas el jefe de la policía Danino.

Esta es la primera vez que un responsable israelí habla con tanta claridad del futuro que Israel está preparando para la Explanada de las Mezquitas, tal vez aprovechando que Egipto está demasiado ocupado con sus problemas internos y que Arabia Saudí está demasiado ocupada con Siria. Los conflictos regionales han acercado a Egipto y Arabia Saudí a Israel y seguramente ni El Cairo ni Riad quieren tener problemas ahora mismo con el estado judío, lo que los israelíes parecen dispuestos a aprovechar.

Justamente esa misma política de partición se está aplicando en la mezquita de Abraham de Hebrón, que ha sido dividida para que puedan rezar también judíos. Precisamente estos días el ejército ha cerrado la parte de la mezquita que utilizan los musulmanes.