Balagán

Nuevo presidente en Israel

La Kneset eligió ayer a Reuven Rivlin para el cargo de décimo presidente de Israel.

Nacido en Jerusalén hace 74 años en el seno de una prolífica familia asquenazi que emigró a Tierra Santa décadas antes de la irrupción del sionismo, su perfil político es justamente el contrario del presidente saliente, Shimon Peres.

Mientras Peres ha sido un paladín de la paz toda su vida, al menos verbalmente ya que en cuanto a los hechos es diferente, Rivlin nunca ha ocultado sus verdaderas intenciones, que en general no desentonan de las de su partido, el Likud.

Así, se ha expresado a favor de anexionar a Israel todos los territorios ocupados, se opone frontalmente a la creación de un estado palestino, defiende la construcción a toda máquina en las colonias judías de Cisjordania y rechaza taxativamente cualquier tipo de negociación de paz.

Aunque el cargo de presidente es honorífico, la elección de Rivlin refleja perfectamente la posición de su partido, de la Kneset y de la mayoría del país con respecto al proceso de paz.

Abogado de profesión, Rivlin fue elegido diputado por primera vez en 1988. Ha sido ministro y también ha presidido la Kneset.

Una anécdota que ilustra su talante se desarrolló siendo presidente del parlamento, cuando un reducido grupo de intelectuales liberales criticó las colonias judías en los territorios ocupados. Rivlin les espetó a esos intelectuales que no estaban cualificados para protestar puesto que fueron sus antecesores liberales los que crearon el estado judío expulsando a los palestinos y quedándose con sus tierras en 1948. Si lo que ustedes quieren es apelar a la "moral", les dijo Rivlin a los intelectuales, tengan presente que moralmente fue mucho peor lo que hicieron sus antecesores en 1948 que lo que están haciendo los colonos hoy.

Rivlin es partidario de la anexión de Cisjordania incluso en el caso de que haya que tomar a los palestinos en el mismo paquete que la tierra, lo que ha suscitado numerosas críticas dentro del Likud, que quiere la tierra pero no a los palestinos.

El nuevo presidente es vegetariano y un incondicional del Beitar de Jerusalén, el equipo de fútbol cuya afición está considerada como la más racista del país, y en el que no se admiten jugadores árabes. Rivlin fue consejero jurídico del Beitar.

Hombre sencillo, modesto, con ideas claras, no suele dar rodeos para expresar sus opiniones y mantiene unas relaciones difíciles con el primer ministro Netanyahu, más que nada por cuestiones de carácter.

Su elección, como la de Netanyahu, apunta a que las cosas van a seguir igual, a que la ley internacional no se va a aplicar y a que Israel no abandonará los territorios ocupados bajo ninguna circunstancia, a menos que exista una fuerte presión de la comunidad internacional, algo que no está en la agenda de los grandes líderes demócratas de Occidente.

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