Balagán

No fue Dahlan

En los últimos días han circulado en Israel rumores en el sentido de que el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, uno de los miembros más radicales del gobierno, se reunido en secreto en París con Mohammed Dahlan, otrora hombre fuerte de Fatah en Gaza, depuesto por Hamas en el verano de 2007. y posteriormente expulsado de Fatah

Pues bien, el diario 'Maariv' desmintió ayer que ese encuentro en concreto celebrado en Navidad fuera entre Lieberman y Dahlan.

El diario hebreo confirma que Liberman estuvo en el lujoso Hotel Raphael de la capital francesa en compañía de personal del Mosad, y que allí se reunió con "una personalidad árabe o islámica", pero niega que la otra parte fuera Dahlan.

'Maariv' dice que Lieberman ha informado de la reunión a otros colegas del gobierno a los que se les ha hecho firmar un documento mediante el que se comprometen a no revelar detalles de lo ocurrido en París, de manera que tendremos que esperar para ver quién ha sido su misterioso interlocutor.

El hecho de que el presidente Mahmud Abás haya pedido por fin el ingreso en los organismos internacionales y de que se disponga, según dice, a denunciar a Israel por crimenes de guerra en la Corte Penal Internacional, ha hecho que Israel haya pasado a la "ofensiva", tal y como han recalcado algunos responsables israelíes.

Si Abás lleva adelante la denuncia se convertirá no en un político sin importancia para Israel, sino en un político indeseable. Es más, será necesario sacarlo de la Muqata de Ramala cuanto antes.

Esto quiere decir que habrá que buscarle un substituto más dócil, vamos que no haga nada, como ha sido el caso del propio Abás hasta ahora.

No cabe duda de que Israel se puede ver tentado de recurrir a Dahlan. Dahlan se ha reunido con gusto con los ministros israelíes más radicales, de manera que no tiene nada de extraño que Israel quiera utilizarlo ahora para sacar a Abás.

Sin embargo, Israel y los países occidentales deberían considerar seriamente si Dahlan es la persona adecuada para guiar a los palestinos. La inmensa mayoría de los palestinos lo odian incluso mucho más que a Abás, y si Israel juega la carta de Dahlan no se puede descartar que cause un cisma profundo dentro de los territorios ocupados.

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