Balagán

Bagdad sin toque de queda

La noche del sábado al domingo fue la primera desde hace once años en que Bagdad no tuvo toque de queda.

Numerosos bagdadíes salieron a las calles a celebrarlo, aunque no está muy claro si la ocasión merecía festejo alguno.

Para levantar el toque de queda nocturno, el primer ministro Haider al Abadi argumenta que hay que tratar de normalizar al máximo la vida cotidiana a pesar de la guerra.

La duración del toque de queda ha variado desde la invasión americana de 2003. Llegó a estar vigente entre las 8 de la tarde y las 6 de la mañana, aunque ahora era solo entre la medianoche y las 5 de la mañana.

El gobierno también ha decidido abrir decenas de calles de Bagdad cerradas desde hace años.

Pero el mismo sábado, apenas unas horas antes de que se levantara el toque de queda, se registraron en la capital cinco atentados con bombas que causaron la muerte de 37 personas y dejaron heridas a más de medio centenar.

Un suicida explotó en un restaurante del barrio chií Nuevo Bagdad dejando doce muertos y 32 heridos.

Dos bombas explotaron en sendos mercados, y otra en una frutería.

La mayor parte de estos atentados se los atribuyó el Estado Islámico, una organización que hasta el momento no ha conseguido establecerse en Bagdad pero no anda muy lejos de la capital.

Los atentados muestran la precariedad de la seguridad en Bagdad y que el levantamiento del toque de queda es más bien una acción voluntariosa que responde al deseo de que las cosas cambien antes que un indicio de normalidad.

De hecho, numerosos bagdadíes dudan de que la decisión del primer ministro Al Abadi sea correcta. Los críticos se han referido a los cinco atentados del mismo sábado para sostener que la medida llega en un mal momento y que, por encima de todo, la aprovecharán los criminales más que los ciudadanos ordinarios.

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