Una china en el zapato

La reforma mental

Parecía un reportaje de @elmundotoday, pero no, era la entrevista de Jordi Évole a Cayetano Martínez de Irujo en La Sexta. "¿Hablas en serio?", le preguntó más de una vez Évole. Y es que era difícil creerlo. El conde de Salvatierra no sabe, ni le interesa saber, cómo reunió su familia su patrimonio y la sola idea de preguntárselo le parece "retorcida". "Nunca hemos sido ricos", afirma, y remata que es una pena no poder resolver los problemas a golpe de espada como en la Edad Media.

     Estamos todo el día con la reforma laboral a cuestas y pienso que, más que una reforma laboral, nuestro país necesita una reforma mental. Tenemos duques y banqueros robando a espuertas, políticos corruptos, empresarios con modos feudales y condes de temperamento medieval. Y en medio de este exceso de privilegios y falta de justicia no puede ser que el punto de mira se centre en el señor que recibe un subsidio de catorce euros al día y se toma su anís en el bar del pueblo porque no tiene otra cosa que hacer.   

     La semana pasada –en una noticia también inaudita-, ciertos periodistas estadounidenses de medios conservadores acusaban a los teleñecos de anticapitalistas. Desde siempre los cuentos populares infantiles han defendido valores universales como la justicia o la solidaridad. Siempre también ha habido una mínima vergüenza que impedía expresar en público impulsos egoístas o codiciosos. Quizás hoy la crisis nos hace más miserables. O refundamos el ser humano o nos adelantan en civilización los teleñecos.

(La entrevista puede verse aquí)

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