Bob Pop ve Tv

Arresto domiciliario

Ustedes, que son unas personas normales, con una vida propia e inquietudes culturales elevadísimas, no se dan cuenta. Pero yo, que no soy nada de eso y que me paso el día frente al televisor estoy a la que salta. Y ahora me ha dado por analizar algunos porqués. Como Mourinho pero con peor pelo y un acento mucho menos sexy.

Ahora me ha dado por tratar de interpretar esa obsesión televisiva por repetirnos hasta el sofoco el calor que hace en la calle. Una obsesión pareja a la que les entra en invierno por insistir en el frío que pela allá fuera y que Piqueras adjetiva como nadie.

Arresto domiciliario

¿Mi respuesta? Que nos quieren retener ante la tele, que lo hacen para que no salgamos de casa -no nos vaya a dar un golpe de calor- y así subir la audiencia. La tele es una madre chunga, es la señora Bates con mejor pelo, y quiere convertirnos en el Norman de Psicosis; nos quiere siempre junto a ella, prisioneros. Por eso nos habla de crímenes por las mañanas, para que desconfíemos del prójimo en lugares públicos. Por eso se empeña en mostrarnos cámaras ocultas de adulterios o en burdeles, o en lugares de cruising: para que no salgamos a guarrear, que es lo que nos gusta, y nos quedemos en casa tranquilitos, viéndola a ella. A esa tele esquelética con peluca que nos llama a su lado y nos advierte de los peligros que nos aguardan en las calles, nos anuncia alarmas carísimas en las pausas de los programas de asesinatos matinales y se empeña en mostrarnos lo mala que está la cosa en el espacio exterior.

Luego, cuando nos tiene acojonados y ovillados en el sofá, nos cuenta chismes o nos pone películas, para tenernos entretenidos. Eso, siempre y cuando no pongamos VEO7 o Intereconomía por las noches, donde nos terminan de convencer de los peligros callejeros advirtiéndonos de lo salvajes que son esos comunistas que andan por ahí, manifestándose Dios sabe con qué oscuras razones bolcheviques...

Suerte que tengo aire acondicionado en casa...

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