Cartas de los lectores

6 de marzo

Negligencias políticas
Es hipócrita que los estados que se vanaglorian de su ansiada democracia y alardean de los principios que la inspiran mantengan relaciones afectivas con aquellos gobernantes que no respetan la Carta de Naciones Unidas. Incluso ha sido frecuente ver a los sátrapas desfilar junto a jefes de Estado y ministros de Exteriores europeos por la alfombra roja de las relaciones diplomáticas con el fin de mantener las relaciones económicas, pues estas reuniones no tenían como objeto el progreso social. Las reacciones llegan muy tarde y después de negligencias políticas, pues el respeto al genocida es la pasividad frente al genocidio. Necesitamos que la democracia se traduzca en valores, principios y objetivos políticos propios de estas. Mientras este cambio llega sólo nos queda actuar a posteriori, cuando la sangre ya mancha la arena del Magreb.
José Miguel Sánchez Ocaña Paterna (Valencia)

El límite de 110 kilómetros por hora, una medida racional
110 km/h es una velocidad máxima razonable. Con esta acertada medida, que entrará en vigor el próximo 7 de marzo, reduciremos los accidentes de tráfico y, en consecuencia, las muertes. Además ahorraremos combustible y, por tanto, gastaremos y contaminaremos menos.
A los que cuestionan la medida, aludiendo al coste del cambio de la señalización –según el Gobierno, unos 250.000 euros–, quiero indicarles que solamente con una vida que salváramos por reducir la velocidad a 110 km/h estaría justificado dicho gasto.
Tal y como se están poniendo las cosas, no sólo deberemos levantar el pie del acelerador de nuestros coches, sino también de nuestras vidas, de nuestros deseos, de nuestro consumo, de nuestros sueños imposibles. Tocan tiempos de purga, austeridad, sensatez y mesura.
Pedro Serrano Martínez Valladolid

La operación de Esperanza Aguirre

Todo un ejemplo, la presidenta Aguirre se ha operado en la Sanidad pública que ella no ha hecho más que privatizar. En vez de dimitir, como había prometido por no disminuir el tiempo de espera, hay en Madrid más de 50.000 personas que deben esperar para operarse dos meses o más. ¿Simpático, no? Por esa y otras hazañas, nadie duda de que será reelegida una vez más. Tendremos mucho más tiempo Esperanza, no realidades.

Darío Gregoris Nieto Madrid

La perversa agenda de Mariano Rajoy
El plan del líder del PP, Mariano Rajo, se intuye evidente: si Francisco Camps gana las elecciones y si Esperanza Aguirre le da otra buena noticia, la Moncloa estará aún más cerca. Es difícil eludir ciertos epítetos cuando se conoce la forma y el fondo en la que Rajoy gestiona su agenda, sobre todo cuando su estrategia consiste en que la Justicia haga el trabajo, en quitar de la circulación a los presuntos corruptos de su partido ante los inminentes comicios de mayo, evitando tener que posicionarse ante quienes le podían poner en un aprieto cuando se vieran traicionados por su líder. Porque la conducta tolerante de Rajoy solamente se entiende si su relación con los imputados le convierte también en presunto cómplice de la financiación irregular de su partido.
Este panorama político en torno al Partido Popular es indigno y denigrante dentro del marco ético y constitucional. Pero lo más preocupante es que los votantes del PP, según las encuestas de opinión, colocarán a Camps en la Presidencia del País Valencià con la revalidada mayoría absoluta. Es decir, que un cargo elegido por el pueblo le amnistía de todos los presuntos delitos. Cualquier presunto corrupto sale de las elecciones impoluto.
La democracia en estos casos es ajena a la Justicia. Rajoy lo sabe y pretende que Camps gane las elecciones en Valencia, y aunque al día siguiente dimita, caso muy improbable, el mal ya está hecho. Si es absuelto, entonces Rajoy dirá que tenía razón al denunciar que la fiscalía obedecía las órdenes del Gobierno por utilizar otra vara de medir con los suyos. Y si es condenado, sólo abandonará el puesto en el caso de que la sentencia sea firme.
Pedro Taracena Gil Madrid

El crédito para las familias, sujetos de consumo
El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, el más lenguaraz y políticamente escorado de cuantos se recuerdan en el cargo, parece estar muy satisfecho con la nueva normativa que se les va a aplicar a las cajas de ahorro, esas entidades públicas sin ánimo de lucro con las que tan animosamente piensan lucrarse algunos grandes bancos tras serles servidas graciosamente y en bandeja.
Asegura el gobernador, entre otras loas a la disfrazada privatización en marcha, que con ello se posibilitará que el crédito "llegue a las familias", aunque viniendo de quien viene tan inusual consideración no queda otra que remitirla directamente al voluminoso saco de las más descaradas falacias.
Dada la escasa fiabilidad que –en variados aspectos– este alto funcionario puede acreditar ante la ciudadanía, podría al menos llamar a algunas cosas por su verdadero nombre: lo que él define como "familias" en realidad no representan más que deseados sujetos de consumo a los que después tampoco se les va a conceder ningún crédito si antes no demuestran que pueden devolverlo con sus correspondientes intereses.
Luis García Oliveira Gijón (Asturias)

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