Cartas de los lectores

31 de octubre

Políticas inhumanas, sociedades inhumanas
Resulta espeluznante el atropello mortal de dos niños en China. La primera ante la mirada pasiva de los viandantes y el segundo atropellado dos veces hasta morir porque al conductor del camión le sale más barato indemnizar a la familia por su muerte que pagar los costes de un hospital privado. No cabe comentario posible ante el horror que provoca tanta deshumanización. Podemos achacarlo a que se trata de un país recién incorporado a la "modernidad" del capitalismo y del libre mercado. Sin embargo, no es menos el horror que me provocan las declaraciones del consejero de salud pública de Catalunya, Boi Ruiz, en las que afirma que la salud es una cuestión personal y no del Estado, que depende de nuestra genética y de nuestros hábitos, por lo tanto, somos responsables de si nos ponemos enfermos. Habría que preguntarles a estos dos niños chinos si están de acuerdo con Boi Ruiz, aunque, por desgracia, es imposible.
Gema Anguera Garrochena / Sevilla

Seguimos tropezando
con la misma piedra
¿Quienes nos imponen las leyes de lo que tenemos que hacer los europeos? ¿Los políticos que nos representan y que han sido elegidos democráticamente por los ciudadanos? ¿O los que dicen lo que tenemos que hacer, los lobos financieros de los mercados?
¿Quiénes son los culpables de la crisis, los trabajadores que están hipotecados y sin pisos y en el paro, o los especuladores inmobiliarios y los banqueros que daban el dinero a espuertas sin preocuparse de si los pisos tenían el valor que facilitaban para comprarlos?
Si los diferentes gobiernos europeos no pueden controlar a los lobos financieros, tendremos que advertir a nuestros dirigentes políticos que si quieren nuestro apoyo tienen la obligación de defendernos de dichas fieras o de lo contrario se atengan a las consecuencias si tenemos que pedir amparo en el 15-M, movimiento que estará encantado de que incrementemos el ejército de los indignados.
Joaquín García Mayo
Getafe (Madrid)

En recuerdo del juez Baltasar Garzón
Mucha gente piensa que, si todos los jueces fueran como Baltasar Garzón, no se podría vivir en paz: la gran mayoría de corruptos, excolaboradores de matanzas en España y en otros países, algún que otro narco y otros piezas que tenemos infiltrados en nuestra democracia colapsarían más de una cárcel y dejarían un gran vacío de poder. El sistema lo condenó por hacer insufrible la labor al delincuente. Aplicándole el microscopio electrónico a Garzón lograron encontrar una falta que lo condenó al exilio laboral que tan poco nos molesta. Si ese microscopio se lo hicieran pasar a cualquiera, no digo ya juez, sino ciudadano, seguro que hoy estábamos todos entre rejas, pero eso es lo de menos. Hoy, que gracias a su actuación hemos visto que asesinos cómplices de la dictadura argentina han sido condenados en su país a cadena perpetua, no puedo dejar de sentir envidia sana por el fin que han tenido varios representantes de esa dictadura. Tampoco puedo olvidarme de Pinochet sudando tinta en Inglaterra gracias a otra actuación suya, aunque luego el demócrata presidente de ese país le dejase marchar por razones humanitarias. Nos podrá caer mejor o peor, pero podríamos tener un par de garzones bien puestos en la Audiencia Nacional, ¿no?

Emilio Iglesias Delgado
Sevilla

Memoria y dignidad
de las víctimas de ETA
Mi sentido y humilde homenaje a las víctimas de ETA. Desde que el pasado 20 de octubre la banda anunció el cese definitivo de la actividad armada me inunda un sentimiento contrapuesto de alegría y tristeza. Enorme alegría, ya que nadie volverá a morir como consecuencia de esa sinrazón, y de tristeza, pues me vienen a la cabeza amigos, compañeros... y me pregunto: ¿para qué tantos muertos? ¿De qué han servido la pérdida de tantas vidas y el dolor de tantas familias?
Quiero tener un recuerdo, total reconocimiento y profundo respeto hacia las víctimas del terrorismo de ETA: algunos de ellos amigos, cientos de compañeros y tantas y tantas personas (hasta 829) que fueron asesinadas. ¿Y ahora qué? Ahora es el momento de la democracia, de la política, la ley, la normalidad y la libertad.
Jesús Molíns
Zaragoza

Motivos para una indignación ciudadana
Hace años llegué al convencimiento de que una sociedad moderna debería sustentarse sobre tres pilares fundamentales: educación, sanidad y justicia. Pues bien, uno de mis hijos aún no ha iniciado el curso porque se han recortado los presupuestos en el área que él había escogido. Mi tío lleva doce meses con una sonda esperando a que le den fecha para intervenirle de la próstata. Se la concedieron el pasado miércoles, pero casualmente el viernes le notificaron que quedaba suspendida sine díe. Hace cinco meses recibí una citación para declarar como imputado en un proceso de hace dos años. En esos cinco meses me han citado tres veces y en ninguna he podido declarar por incomparecencia del abogado de oficio. Desde hace dos años, fecha en la que cerró la empresa donde trabajaba, estoy esperando cobrar la liquidación.
Unos pocos se están beneficiando de una situación que empieza a ser insostenible. He perdido la confianza en quienes teóricamente deben velar por nuestros intereses y bienestar. Mi voto lo han perdido para siempre.
Sergio Torres Giménez
Barcelona

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