Cartas de los lectores

11 de noviembre

‘Ulises’ exhaustos
Doy las gracias a los medios por ofrecer imágenes de casi todas las pateras que llegan a España. Nos están forzando a sentir y a pensar. Desde simpatía al principio, hasta llegar a la saciedad, a no querer ni verlas, a ansiar que se acaben, a sentirnos muy molestos o incluso amenazados. Pero es casi imposible pasar de ellas; habrá que mirarlas mejor. Retratan a héroes admirables y tenaces, Ulises fortísimos pero exhaustos. Y además resulta que vienen empujados por el cambio climático que los ricos estamos produciendo, por la destructiva desertización del Sahel. Son nuestras víctimas.
Pablo Osés Azcona
Fuengirola (Málaga)

Desencanto y totalitarismo
La soberanía nacional reside en el pueblo español y éste considera a los partidos políticos como una de las instituciones más corruptas. Las Cortes franquistas se hicieron el haraquiri cuando aceptaron convocar el referéndum para la reforma política, al darse cuenta de que su situación de privilegios no podía continuar. Pero, ¿cómo podemos librarnos de nuestros partidos actuales? Mi cólera se llama abstención, y confío en que la gente se de cuenta del daño que están haciendo a la democracia. El desencanto de lo político origina siempre el totalitarismo.
Joaquim Griell Ventosa
Sitges (Barcelona)

Amor a la Corona
Es conmovedor el entusiasmo que tienen algunas empresas por la monarquía. La separación de doña Elena nos ha permitido conocer que su marido, Jaime de Marichalar, está cobrando, como consejero de siete multinacionales, un pellizco de más de un millón de euros anuales, lo que le ha permitido, entre otras cosas, pasar de un pisito de 40 metros cuadrados en París a un tríplex de 500 en el barrio de Salamanca. Dado que la monarquía no tiene, constitucionalmente, poderes ejecutivos, no cabe pensar mal, sino admirar esos rasgos de desinteresado amor a la Corona y a sus apéndices por parte de unas empresas a las que tan injustamente se suele acusar de materialistas.
Teresa Herrera Romeo

Madrid
Ovejas negras

Ovejas negras o descarriadas las hay hasta en las mejores familias. A veces son personas envidiables, golfas y divertidas, nada convencionales, que se ponen el mundo por montera y viven su vida, no la que le marcan los de alrededor. El resto de la familia no se atreve a tanto, vive protegido en una vida cómoda y como Dios manda. Hay ovejas negras muy famosas, como lo fue Jaime de Mora y Aragón, hermano de reina Fabiola. Otras han adquirido categoría de personaje literario, como un tío del escritor Carlos Fuentes, que le dedicó una novela para reivindicar su memoria. Ahora sabemos que Botín también tiene una oveja negra en la familia: Iñaki O’Shea, relacionado con ETA. A nadie le gusta que le señalen por la calle y que su prestigio se manche por un ese motivo, pero somos mayores y cada uno es responsable de sus actos, no de los ajenos.
Antonio Nadal Pería

Zaragoza

Las traiciones de ETA
El terrorismo de ETA es empecinado y obsesivo. Cuando se ha intentado el diálogo nos han decepcionado y traicionado. Si el Estado hace gestos, ellos lo toman como debilidad y se proveen de armas, envían cartas extorsionadoras, siguen con su kale borroka y aprovechan las subvenciones para las herrriko tabernas o para sus fuerzas políticas. Está claro que odian a toda España y que piensan que están invadidos por un Estado opresor, que ellos son diferentes. Pero no aportan soluciones: sólo buscan imponer su ideología.
Abrahám Méndez
Sant Joan Despí (Barcelona)

Ahorcado en la intimidad
Está visto que uno puede ser espiado, colgado de Internet y ahorcado en la intimidad. La videovigilancia irresponsable ha convertido algunos espacios en pasarelas de morbo. El pudor ya no existe. Cada cual filma cuando le viene en gana y a quien le plazca. A poco que nos fijemos en la manera de pensar y actuar de la gente, vemos que los valores morales están bajo mínimos. En la frontera de un mundo desunido, trastornado por conflictos de todo tipo, los derechos humanos se relativizan y al libro de la conciencia también se le arrancan las páginas...
Víctor Corcoba Herrero

Madrid

Energía solar
Mi amigo y compañero Ricardo Marqués critica en Público el 8/12/2007 mi apreciación de que el aprovechamiento actual de la energía solar se hace con escaso rendimiento. Apoya esa crítica en argumentos raros, porque, ¿qué diablos será un fotón degradado? ¿Qué tendrá que ver la temperatura de la superficie del Sol con el flujo fotónico que exige sacar partido de su energía (hay infinidad de estrellas más calientes pero, obviamente, más lejanas; incluso la corona solar está a una temperatura mucho más alta que la superficie)? ¿Para qué hay que estar tan versado en termodinámica como un estudiante de segundo de física si es de sentido común saber que cualquier artilugio que inventemos tendrá un rendimiento energético entre poco y casi cien por cien? No, amigo Marqués, el asunto no es nada relacionado con el ínclito y entrañable Arquímedes, en quien te apoyas, sino en Einstein. Siempre defenderé que se investigue la conversión de energía solar en electricidad por lo siguiente: el efecto fotoeléctrico en que se basa y que explicó el abuelete hace cien años se lleva a cabo en las placas fotovoltaicas actuales con materiales que sólo aprovechan una franja extraordinariamente estrecha de la radiación, luz (parte de ésta a la que es sensible el ojo humano) cercana al ultravioleta. Ni la ley de Einstein ni nada impiden vislumbrar, ni siquiera soñar, con materiales que aprovechen una mayor parte, incluso todo el rango de la radiación para hacer que los fotones hagan fluir electrones. Mientras se consiguen tales materiales, el rendimiento fotovoltaico de la energía solar será muy pequeño. La otra manera de aprovechar la luz del Sol, la de calentar un fluido, por ejemplo agua, dará para ducharse los días soleados y no mucho más. No es menospreciable, ni mucho menos, pero esto es lo que hay.
Manuel Lozano Leyva

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