Cartas de los lectores

04 de enero

Malditos
Maldigo a quienes bombardean. A quienes masacran y destruyen, a quienes lo preparan, a quienes lo ordenan, a quienes lo justifican. Maldigo a quienes quieren asegurar la paz cuando solo siembran destrucción y dolor; a quienes la muerte de inocentes deja indiferentes. Maldigo a quienes solo viven por y para la venganza; a quienes devuelven cien ojos por cada ojo, y cien dientes por cada diente.
Maldigo a los miserables hipócritas que justifican sus ataques preventivos; a quienes, olvidando su pasado, levantan muros y construyen guetos.
Maldigo a quienes carecen de conciencia; a quienes consideran aceptable la masacre de inocentes. Y maldigo a los cómplices y a los encubridores, a quienes comprenden lo incomprensible y a quienes no comprendiéndolo, miran para otro lado o se limitan a emitir un comunicado de condena en lugar de señalar a los responsables con el dedo.
Sebastian Fernández / Petrer (Alicante)

Gaza, muerte y dejación
No tengo nada en contra de Israel y mucho menos en contra del pueblo judío. La advertencia podría sobrar en otras épocas no muy lejanas, pero ahora mismo desde que nos embarcaron en una guerra global contra el terrorismo islamista (marzo de 2003), conviene guardar cierta equidistancia.
Como ciudadano del mundo nunca me sentí identificado con nadie que ejerza la violencia en nombre de identidades primigenias e irrenunciables, o por mandato sobrenatural de dioses. La guerra de Palestina o cualquier otra es una guerra económica –por el agua y la tierra– a pesar de las dificultades evidentes para el diálogo y la resolución pacífica de conflictos. Esa sigue siendo la única apuesta posible: sustituir la competencia económica por la cooperación humana.
Hecha la advertencia puedo gritar en voz alta mi condena a la conducta del Estado de Israel en el conflicto que mantiene desde 1948 con los palestinos, en un territorio donde los dos Estados pueden tener cabida y mutuo reconocimiento, como demandamos la sociedad y la opinión pública internacional y sus propios ciudadanos.
Ser calificado de "antisemita" es un riesgo, pero estoy convencido de que la reprobación, el rechazo universal a las agresiones de Israel y la presión internacional para que deje de asesinar impunemente es en estos momentos un compromiso con el progreso y la defensa de los derechos humanos
Israel tiene el cuarto arsenal nuclear del mundo, las mayores reservas de armas de destrucción masiva en la región y uno de los ejércitos más poderosos del planeta. Pero su existencia tambiéndepende del respeto al pueblo palestino.
Luis Fernando Crespo / Madrid

2009
Damos inicio al nuevo año y la verdad es que no se nos presenta nada halagüeño, más bien las previsiones son bastante negativas: crisis financiera que no se ha llegado a estabilizar, miles de ciudadanos perdiendo su empleo, estafas financiera multimillonarias de las que todavía no se conoce el alcance real de las mismas, etc. La verdad que con este presente no se augura nada bueno para el 2009.
Por su parte, el Gobierno, para evitar el descalabro, esta catarsis económica, inyecta millones a los bancos, les hace una gran rebaja fiscal a las grandes empresas (principalmente del automóvil) y así pretende evitar que todos ellos se contagien y que el dinero fluya hacia los ciudadanos y facilitar el crédito (o al menos esa es una de las excusas utilizadas).
Pero el dinero no fluye, no llega al ciudadano, lo único que vemos son expedientes de regulación de empleo, ciudadanos en el paro y autónomos que dejan la actividad.
Con la misma intención de reactivar la economía, el Gobierno va a facilitar miles de millones a los Ayuntamientos para que lo gasten en obras públicas y, de esta forma, ofrecer proyectos a las grandes constructoras, como forma de ayuda económica y de promover la contratación de personal. Por tanto, volvemos a intentar crecer en base "al ladrillo", aunque esta crisis nos debería haber enseñado que el crecimiento económico basado en el ladrillo es un crecimiento irreal, que sólo genera burbujas especulativas.
Y con este panorama llega a la chita callando el nuevo año 2009, que tristemente empieza muy mal, pero del que todos esperamos que nos aclare el horizonte y reconduzca la situación, que poquito a poco se vayan calmando los mercados, el paro se estabilice y comience su descenso e iniciemos nuevamente un camino de progreso y estabilidad económica.
Jesús Molíns / Zaragoza

Año nuevo
Con la llegada del 2009, como cada año, por otra parte, suben las tarifas de los servicios públicos, las que más dañan el bolsillo. Aparece en la prensa nacional el primer bebé nacido en el país y en la prensa local el primer bebé de la Comunidad Autonómica, y muchas personas hacen buenos propósitos de cambio que luego no cumplirán. Podemos reconocer que algunas de nuestras costumbres son malas o que podemos mejorar, pero nos quedamos en la idea.
Las subidas de los servicios públicos no esperan ni un día, no esperan a que los nuevos convenios nos suban algo el sueldo. Te aplican mayor gasto con los mismos ingresos.
Los protagonistas de los nacimientos del nuevo año son los que menos se enteran del acontecimiento. Nacer el último minuto del año viejo no tiene mérito, el mérito se lo lleva el que nace el primer minuto del año nuevo, como si se tratase de una decisión personal o divina. Año Nuevo, vida igual, si no peor.
Antonio Nadal / Zaragoza

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