Cartas de los lectores

25 de enero

La historia, en directo
Pude ver y escuchar al nuevo presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en directo y tuve varias sensaciones, algunas encontradas.
La primera fue sentir lo rápido que ha envejecido su antecesor en el cargo, George W. Bush. También su forma de hacer política, que ha sido descrita por Obama como el reflejo de una parte de la sociedad occidental que apuesta poco por la palabra o el entendimiento y mucho por la jerarquía económica y la violencia física.
La mayor virtud de sus palabras ha estado en mencionar a los desfavorecidos y al medio ambiente, así como algunos apuntes esporádicos que hacen pensar que existe el mundo más allá de su país y que se esforzará en el entendimiento con otros países.
En el debe queda, quizá, un exceso en el tono religioso de un presidente que aboga y es ejemplo de la capacidad del hombre para transformar la realidad y conseguir el progreso individual y colectivo.
Sea bienvenida esta nueva época en uno de los centros de poder más importantes del mundo. Ojalá nos devuelva la confianza en una democracia que deje de cotizar en el Dow Jones y sea un ejemplo a seguir, no a evitar.
Ignacio Caballero / Madrid

Plan Bolonia
Los estudiantes somos vagos, estamos de paso y hablamos de lo que no sabemos; el resto de gente adulta, no.
El plan Bolonia y su apoyo por parte de las instituciones interesadas está dejando al descubierto los defectos que celosamente guardan, aunque nos los concedan a los estudiantes en carácter de exclusividad.
Por desgracia, poco nos pueden exigir tanto cultural como moralmente, por mucho dinero que les estemos costando. Son bien sabidas las virtudes que tenemos los estudiantes, pero, ¿somos los únicos que las tenemos?
Nos muestran las verdades auténticas, personas (porque, en el fondo, son personas) que están tan desconcertadas y perdidas como nosotros pero, eso sí, tienen más experiencia (que lo es todo, si se utiliza).
Si se tienen en cuenta todas las opiniones, aunque todas contengan su equivocación y desinformación, el resultado podrá ser más positivo y real, y no como es en este momento: una suma de ignorancias, tópicos y cabezonerías.
Pablo Marcos Beltrán / Alicante

Fallo mortal meritorio
Creo que ya ha llegado la hora de acabar con la censura, y con una mezquina autocensura también.
Precisamente porque lamento la muerte de tres aviadores militares, y no deseo que se repita, me pregunto cómo es posible que se otorgue una medalla al mérito a quien o quienes, por un evidente fallo personal (excepto un improbable desperfecto técnico que registrarían las cajas negras), ha o han causado la propia muerte y la de otras dos personas, por no hablar –que también habría que hacerlo– del riesgo para la población civil de la zona y de la multimillonaria pérdida económica a los ciudadanos.

Esa Cruz al Mérito, establece el reglamento, se otorgará en caso de fallecimiento "como consecuencia de servicio, siempre que implique una conducta meritoria".
No se puede pretender servir a España y saltarse tan claramente las leyes por intereses corporativos.
José Manuel Llera Lozano / Madrid

Gaza
Según la Real Academia, la definición de democracia es:
1. Doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno. 2. Predominio del pueblo en el gobierno político de un Estado. Esta definición se ajustaría a la victoria de Hamás en las elecciones en Gaza.
La definición de terrorismo, siempre según la Academia, es:
1. Dominación por el terror. 2. Sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror. Esta definición se ajustaría a los ataques israelíes en Gaza.
Siguiendo esta línea argumental, los terroristas, es decir, el gobierno de Hamás , serían los demócratas, y los demócratas, el gobierno israelí, serían los terroristas. Justo lo contrario de lo que se nos está diciendo.
La legitimidad israelí se quiebra estrepitosamente. Y la legitimidad es uno de los dos componentes del poder (potestad o facultad de ejercer la fuerza y legitimidad o facultad de convencer de su uso). Israel está cavando su propia tumba.
Gerardo Carrera Polo / Santander

El sino de los humildes
Es evidente que los tiempos han cambiado a mejor, pero la lucha por la supervivencia de la clase más humilde no ha cambiado tanto.
Antes, en una economía campesina de subsistencia, se trabajaba de sol a sol con la única esperanza de conseguir el alimento básico, vestir sencillamente y construir un humilde cobijo donde protegerse de las inclemencias. Pero, a pesar del duro trabajo, nadie estaba seguro de que los frutos de ese esfuerzo se pudieran llegar recoger.
El campesino vivía bajo la tiranía de los elementos. Vivía agachado, en contacto con la tierra, casi mezclado con ella. El campesino sólo levantaba la cabeza para escrutar el cielo, o para pedir clemencia a ese Dios implacable que se escondía detrás de nubes amenazadoras de cosechas.
Ahora, aquellos campesinos de antaño son los obreros de hoy; son los tiranizados por la producción y el beneficio; son los tiranizados en la fábrica, en la construcción, en la oficina... Qué más da. Y, cuando no llegan a final de mes; cuando no pueden pagar la hipoteca; cuando pierden el trabajo y la esperanza; cuando las crisis amenazan su pan de cada día, también miran al cielo pidiendo compasión y justicia al mismo Dios inclemente.
Pedro Serrano Martínez / Valladolid

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