Cartas de los lectores

09 de septiembre

Ciudadanos sin educación
La derecha más reaccionaria, azuzada por los obispos, se opone ferozmente a la asignatura de Educación para la Ciudadanía.
El resultado lo hemos comprobado este domingo en Pozuelo de Alarcón, una zona residencial de
alto nivel económico.
Los adolescentes organizaron una batalla campal contra la Policía. Algunos de los padres de los detenidos aparecieron en la televisión asegurando que sus niños eran absolutamente inocentes –¿de no tener educación?–.
Arturo del Villar / Madrid

Garzón prevaricador
El juez Baltasar Garzón debe declarar ante el Tribunal Supremo por un supuesto delito de prevaricación por investigar –sin ser de su competencia– los crímenes y las fosas creadas durante la dictadura franquista.
Esto parece el mundo al revés; los grupos de ultraderecha y los defensores de las prácticas llevadas a cabo durante el franquismo deberían haber sido ilegalizados, como ya lo han sido otros grupos en Euskadi por apología del
terrorismo.
En cambio, estos primeros se permiten el lujo de querellarse y el Tribunal Supremo admitir a trámite la denuncia contra un magistrado que intenta perseguir, investigar y castigar a los criminales y a los cómplices de aquellos
asesinatos.
Carlos de Erausquin / Madrid

Las propuestas del PP
No es de extrañar que el PP elija para hacer sus declaraciones cualquier método que no admita réplica en forma de preguntas de los periodistas.
Sería muy crudo tener que hacer día tras día el trabajo que realiza María Dolores de Cospedal, especialmente en su última rueda de prensa.
Ante cualquier pregunta, su actitud es siempre la misma–recuerda mucho al No a todo del tamayazo–: "Vamos a esperar a ver lo que proponen los socialistas para decir que no nos gusta".

Sin ser creyente, no paro de dar gracias a Dios por haber hecho coincidir esta crisis con un Gobierno que, por lo menos, propone ayudas a los parados y subida de pensiones a los jubilados.
Miguel López / Granada

La estrategia de la derecha
Es vox pópuli entre las grandes, las pequeñas y medianas empresas, los autónomos e, incluso, el clero –granero de la derecha española– que no dejan de pedir manifestaciones a los sindicatos para que alcen la voz contra de la política del Gobierno socialista.
Pero los obreros españoles saben que los sindicatos se manifiestan cuando se vulneran o se pretenden vulnerar los derechos de los trabajadores –tal y como sucedió con el famoso decretazo–.
A pesar de la crisis, el Gobierno está aplicando políticas sociales más o menos acertadas, como la ampliación del subsidio de desem-
pleo, evitar que se privatice la Sanidad o la Educación e incrementar las pensiones y las garantías de las mismas.
La mayoría de los empresarios se benefician de las políticas de empleo creándolo con cuentagotas para exigir más prestaciones, y mientras hacen tiempo para que la derecha alcance el poder, ya que con su estrategia de crispación lo único que pretenden es el absentismo de los votantes de izquierda, que, como todos sabemos, siempre ha favorecido a la derecha.
Manuel Guzmán / Cuenca

El ‘escándalo’ de Pozuelo
Hace tiempo que en las zonas de ocio de nuestro país se escuchan los ufanos gritos de jóvenes con la contundente afirmación: "Hemos venido a emborracharnos y el resultado nos da igual".
Haciendo oídos sordos, tanto ciudadanos como políticos, las instituciones y las fuerzas del orden público no pueden ahora escandalizarse con esa muestra que suponen los altercados en Pozuelo de Alarcón.
Si la fiebre indica una alteración de nuestro organismo, el vandalismo juvenil ejecutado como diversión denota el desprecio absoluto de la juventud a sus deberes de ciudadanos, sustentado además por las beneficiosas garantías legales que nuestra avanzado Estado de bienestar ofrece a los menores de edad.
Ulises Bellón / Madrid

El PP y los tribunales
El Partido Popular dice que Garzón, "como cualquier español", debe comparecer si le cita un tribunal, al igual que lo hizo Camps. Dos asociaciones ultras se han querellado contra el juez por abrir una causa contra el franquismo. De todos modos, es mucho más honrosa la causa que defiende Garzón.
Josep Robert Reig / Barcelona

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