Con negritas

El PP irrita a las eléctricas

Algunas eléctricas están que trinan con el PP. No les ha gustado ni su oposición a la subida de tarifas que entrará en vigor el 1 de julio. PEDRO RIVERO, presidente de Unión Fenosa, durante un curso celebrado la semana pasada en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, admitió que estaba molesto por ello. Los dirigentes de otras compañías, de momento, sólo se han quejado sotto voce, aunque eso no significa que la magnitud de su disgusto sea menor.

El rechazo a la subida, del que ha llevado la voz cantante CRISTÓBAL MONTORO, lo sustenta el PP en los perniciosos efectos que tendrá en las cuentas de las empresas y en la economía de las familias. El Gobierno, sin embargo, la considera imprescindible para no seguir engordando el déficit tarifario acumulado, cuyo montante ronda ya los 14.500 millones de euros.

Ese déficit fue un subterfugio ideado cuando el PP estaba en el poder para no trasladar íntegramente a la factura de la luz el aumento de los costes de las eléctricas, lo que hubiera perjudicado la lucha contra la inflación, entonces prioritaria. La diferencia se cubre con pequeños incrementos adicionales en años posteriores; de tal modo que, por ejemplo, el déficit generado entre 2000 y 2002 no se zanjará al menos hasta 2010.

Desde el punto de vista del consumidor, esto es pan para hoy y hambre para mañana; sobre todo teniendo en cuenta que el pago aplazado conlleva los correspondientes intereses, pues en el fondo se trata de un simple mecanismo de financiación. De hecho, las eléctricas tienen que pedir a la banca el dinero necesario para que el déficit no haga mella en sus resultados, y lo paga con el sobreprecio que el Gobierno luego les autoriza a cobrar.

MIGUEL SEBASTIÁN, nunca ha visto con buenos ojos esta fórmula, que crece como una bola de nieve si no se le pone coto. De ahí su empeño en que la subida media del presente año (en torno al 5%) supere el IPC, aunque contraríe a la opinión pública. Como hasta dentro de casi cuatro años no volverá a haber elecciones, el Gobierno puede permitirse el lujo de adoptar una medida tan impopular.

El ministro, de todas formas, quería llegar más lejos y hacer suyo el aumento del 11% propuesto por la Comisión Nacional de la Energía. Por lo visto, ZAPATERO lo ha convencido de que a veces lo mejor es enemigo de lo bueno.

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