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El riesgo cotiza a la baja en Mutua Madrileña

Mutua Madrileña, la primera aseguradora de automóviles de España, con 1.171,5 millones de euros en primas el año pasado ha empezado a pagar la factura de la ambiciosa política de inversiones en renta variable que acometió su anterior presidente, JOSÉ MARÍA RAMÍREZ POMATTA. Una política que recibió toda clase de parabienes cuando, por ejemplo, a principios de 2008 la compañía se embolsó 420 millones de euros de plusvalía por la venta del 1,17% del Banco Santander, pero que es objeto de duras críticas ahora que vienen mal dadas.

La involución de la bolsa por culpa de la crisis económica y financiera mundial (el Ibex 35 lleva perdido más de un 40% desde enero) se ha cebado en algunos valores que Mutua Madrileña tiene en su cartera. Es el caso de la constructora Sacyr y de la petrolera Repsol, de las que posee un 5% y un 2% respectivamente y cuyas cotizaciones llevan tiempo sin levantar cabeza.

Mutua Madrileña pagó 450 millones por su participación en Sacyr hace poco más de dos años, pero ese paquete vale ahora menos de una tercera parte de lo que costó, debido al fuerte quebranto que el deterioro del sector inmobiliario ha infligido a la compañía que preside LUIS DEL RIVERO. La entrada de Mutua Madrileña en Repsol se produjo en el verano de 2007, a un precio medio de 27 euros por acción, casi el doble de su precio actual.

Sólo con estas dos inversiones, la aseguradora acumula una minusvalía latente superior a los 600 millones de euros, que ha sido necesario dotar parcialmente. Como consecuencia de ello, Mutua Madrileña incurrió en pérdidas a lo largo de tercer trimestre, aunque para el conjunto del periodo comprendido entre enero y septiembre sigue arrojando beneficios (146 millones), bien que un 60% inferiores a los del mismo periodo del ejercicio anterior.

Al cierre de 2007, Mutua Madrileña declaraba un patrimonio cercano a los 6.000 millones, de los que un 16% (concretamente, 928) estaban colocados en renta variable. La idea era entonces aumentar la proporción hasta el 25%, aunque la llegada del nuevo presidente, IGNACIO GARRALDA, y la mala marcha de los mercados han alentado una política de inversiones más prudente.

Menos seguros de automóviles

La depreciación de su cartera de valores, especialmente centrada en Sacyr y Repsol, no es sin embargo la única causa del empeoramiento de los resultados de Mutua Madrileña. Su negocio tradicional, los seguros de automóviles, ha retrocedido significativamente este año a causa del brutal descenso de las ventas de coches nuevos. Las primas en el ramo de no vida aportaron 830 millones de euros en los nueve primeros meses de 2008, un 6,1% por debajo de un año antes.

Captación de clientes

Las previsiones de los fabricantes para el último trimestre no son nada buenas (en el conjunto del año darán salida a 400.000 unidades menos que en 2007). Para contrarrestar los efectos de esta depresión del mercado automovilístico, la aseguradora puso en marcha hace meses una estrategia destinada a retener a sus clientes, con descuentos de entre el 5 y el 15%, y a atraer otros nuevos, ofertando productos a mitad de precio a los familiares de los mutualistas. La cuenta de resultados también se ha resentido por ello.

El ‘pelotazo’ de Colonial

Las de Santander, Sacyr y Repsol han sido las inversiones más sonadas de la época de Ramírez Pomatta, que durante una temporada se codeó con EMILIO BOTÍN en el consejo de administración del banco. Pero ha habido otras también muy importantes, como el 10% que Mutua Madrileña tuvo en Colonial, que la convirtió en el segundo accionista de la inmobiliaria por detrás de La Caixa. Mantuvo ese paquete menos de un año y se lo revendió a Inmocaral con una plusvalía de 370 millones.  

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