Con negritas

La opción rusa de Luis del Rivero

El interés de Gazprom por Repsol no puede haber cogido por sorpresa al Gobierno, pues su nombre ya se manejó hace un par de meses cuando Sacyr decidió buscar comprador para el 20% del capital de la petrolera. Con 3.600 estaciones de servicios, cinco refinerías y 3.000 millones anuales de beneficios, Repsol es un bocado muy apetecible para cualquier multinacional. Y nada tiene de particular, por tanto, que Total, Shell y la propia Gazprom sopesen la posibilidad de entrar en la puja por la participación que ha puesto a la venta el grupo que preside LUIS DEL RIVERO.

El Gobierno, sin embargo, no ve con buenos ojos que ese paquete caiga en manos extranjeras, y menos aún en las de Gazprom, situada en la órbita del Estado ruso, que la utiliza a su conveniencia, como saben bien en Ucrania, en Bielorrusia y en otros países de la antigua Unión Soviética. El suministro de gas natural en Estonia y Lituania depende por entero de Gazprom, que tiene un peso notable también en los mercados austriaco (60%), alemán (35%) y francés (20%). Sus vínculos con el poder se estrecharon tras la elección del anterior presidente de la compañía, DIMITRI MEDVEDED, la pasada primavera como sucesor de VLADIMIR PUTIN.

La Caixa, segundo accionista de Repsol con un 14%, preferiría que Sacyr no vendiera, según reconoció desde el primer día su hombre de confianza y presidente de la petrolera, ANTONIO BRUFAU, que tiene una fácil convivencia con Luis del Rivero, dada su condición de socio esencialmente financiero. El problema es que éste necesita reducir todo lo posible su voluminosa deuda, que supera de largo los 18.000 millones de euros, y para ello no le queda más remedio que deshacerse de parte de sus inversiones, entre las que figuran la concesionaria de autopistas Itínere y la inmobiliaria Testa.

Salir ahora de Repsol, no obstante, tiene el inconveniente de que la cotización ronda los 14 euros, muy por debajo de los 26 que pagó Sacyr, lo que le generaría minusvalías superiores a los 3.000 millones, salvo que Luis del Rivero consiguiera arrancarle una notable prima al comprador. Por otra parte, a causa de la crisis del ladrillo, las cuentas de Sacyr están cada vez más a expensas de Repsol, como quedó de manifiesto en el primer semestre: de los 415,5 millones que ganó, 303 procedían de la petrolera.

El gran salto de Gazprom

Medvedev le dio un notable impulso a Gazprom con la adquisición de activos de la envergadura de Sibneft, la productora de crudo propiedad del multimillonario ROMAN ABRAMOVICH, dueño del Chelsea. La capitalización de la compañía se multiplicó por 30 en sólo seis años, hasta alcanzar los 320.000 millones de euros, cifra sólo superada en todo el mundo por Exxon Mobil y Petrochina. Sin embargo, desde entonces, su valor ha caído más de un 60%.

La amenaza de los precios
Una de las razones de la caída de Gazprom en Bolsa estriba en la fuerte bajada de los precios del gas, que previsiblemente continuará el año próximo, con la consiguiente merma de sus beneficios, fijados en 30.000 millones de euros para 2008. Algunos analistas citaban ayer esta circunstancia para restarle credibilidad a una eventual entrada de la gasista rusa en el capital de Repsol. Gazprom arrastra, además, una deuda cercana a los 57.200 millones.

Dos carambolas más
Una eventual entrada de Gazprom en el capital de Repsol, mediante la compra del 20% de Sacyr, afectaría a Gas Natural, de la que la petrolera es la principal accionista junto con La Caixa. Gas Natural, a su vez, está inmersa en un proceso tendente a la fusión con Unión Fenosa, prevista para la primavera de 2008 y que alumbraría el tercer grupo energético español, en el que los rusos tendrían influencia si la operación finalmente llegara a consumarse.

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