Con negritas

Iberia y British buscan una salida definitiva a su fusión

Ocho meses después del inicio oficial de las negociaciones, Iberia y British Airways siguen hilvanando los detalles de su fusión, que dará lugar al tercer mayor grupo aéreo del mundo por ingresos si finalmente se lleva a efecto. El consejo de la compañía española será informado hoy de cómo están las cosas, en una reunión que puede determinar el futuro de la operación, cuyo desenlace se ha ido alargando por culpa de los imprevistos que han surgido en el camino.

Uno de los principales es la dispar evolución que los dos protagonistas han descrito en Bolsa desde que anunciaron sus intenciones a finales de julio del año pasado, lo que ha obligado a replantearse la inicial ecuación de canje. Aunque la capitalización de ambas es similar a día de hoy, Iberia podría renunciar a la paridad en atención al mayor peso que otorgan a British Airways otros indicadores menos expuestos a los vaivenes actuales del mercado.

Frente al 65%-35% planteado al principio, ahora hay cierto consenso en que la ecuación de canje más razonable sería 55%-45%, una proporción que mejora sustancialmente las expectativas para los españoles y, al mismo tiempo, permite salvar la cara a los británicos. Hay que tener en cuenta que una fusión en pie de igualdad con Iberia sería difícil de aceptar por British Airways, habida cuenta el rechazo accionarial, social y político que sin duda despertaría.

Otro aspecto clave aún por dilucidar es la composición de la nueva holding de la que colgarán las dos aerolíneas cuando su matrimonio se consume. En principio, todo apunta a que contarán con una influencia equivalente en el máximo órgano de gobierno de la sociedad, pero no está clara cuál será la extracción de sus miembros. Los propietarios de Iberia, y singularmente Caja Madrid, quieren tener sitio en él, pero British Airways preferiría un perfil independiente, en consonancia con su propia tradición.

A los británicos no les ha pasado inadvertido el asedio de que está siendo objeto la entidad financiera y desconfía del comportamiento futuro de un socio controlado por el poder político.   

Independencia relativa

En cualquier caso, si la fusión no se estropea, Caja Madrid va a ser el primer accionista, gracias al 23% que tiene en Iberia desde que en noviembre de 2007 compró las participaciones de BBVA y Logista. Con este golpe de mano se impidió que la compañía española de bandera, entonces en venta, cayera en la órbita de alguno de los gigantes que ya habían mostrado interés por ella. De ahí el especial cuidado de Iberia en no caer con British Airways en lo que entonces quiso evitarse.

Distribución de competencias

Al frente de la holding habrá, con bastante probabilidad, un presidente y un consejero delegado, papeles que en principio están llamados a repartirse FERNANDO CONTE y WILLIE WALSH, que ya los desempeñan en Iberia y British Airways respectivamente. De todas formas, lo importante son las funciones que a cada cargo se atribuyan, igual que ocurre en el caso de futuro consejo de administración conjunto.

La incógnita de la sede

El domicilio social está siendo negociado también a cara de perro, aunque es altamente probable que se establezca en Londres, a cambio de lo cual Iberia podría obtener otras ventajas. El ministro británico de Transportes, GEOFF HOON, declaró recientemente a la presan española que su Gobierno "estaría muy tranquilo" si la sede se quedara en Madrid. Pero tanto en Iberia como entre los analistas esas palabras fueron recibidas como un simple brindis al sol.

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