Con negritas

Una piedra en el camino de Aguirre hacia Caja Madrid

La suspensión cautelar de las elecciones en Caja Madrid, decidida el viernes por un juez de primera instancia, añade incertidumbre al desenlace de tan controvertido proceso. Hasta hace sólo unos días, todo parecía encarrilado para la sustitución de MIGUEL BLESA al frente de la cuarta institución financiera de España. Sin embargo, la aceptación a trámite de un recurso del Ayuntamiento deja las cosas en el aire, al menos de momento.

El recurso pone en solfa el reparto de los 64 miembros del cuerpo electoral (la Asamblea) cuyo nombramiento corresponde por ley a la Corona y que, como consecuencia de la renuncia real a ese privilegio, eran prorrateados históricamente entre el resto de las entidades. ESPERANZA AGUIRRE, aprovechando una reciente reforma legal, rompió con la tradición en beneficio de la Comunidad de Madrid, para disgusto de ALBERTO RUIZ-GALLARDÓN, con quien mantiene una disputa a cara de perro por el control de la caja.

Las diferencias entre ambos se venían sustanciando de puertas adentro desde que en septiembre del año pasado se desataron las hostilidades, tras conocerse el propósito de la presidenta de sustituir a Blesa por alguien de su cuerda. Gallardón, sin embargo, había perdido últimamente mucho terreno, sobre todo a raíz del inaudito acuerdo alcanzado en julio por Aguirre con los representantes de izquierda para compartir el poder en Caja Madrid. Ahora, la suspensión cautelar de las elecciones deja la pelota en el siempre imprevisible tejado judicial y da un respiro al alcalde.

Tan clara parecía hasta el viernes la victoria de la presidenta de la Comunidad, que hubo quien rescató del olvido uno de los nombres manejados con mayor insistencia cuando empezó el asalto al sillón de Blesa. IGNACIO GONZÁLEZ, el omnipotente número dos de Aguirre, ha regresado a la palestra, pese a estar supuestamente vinculado a algunos asuntos muy turbios y pese a las duras acusaciones políticas que de antiguo suelen verter contra él IU y los socialistas madrileños.

Mal menor

Estos últimos, para asombro de propios y extraños, no tienen la menor intención de vetar que González tome las riendas de Caja Madrid, según reconoció el jueves JOSÉ BLANCO, que desde su nombramiento como ministro de Fomento está a partir un piñón con Aguirre. El vicesecretario general del PSOE es consciente de las ventajas de tener detrás una buena maquinaria financiera y prefiere que esté en manos de su nueva amiga antes que en las de Gallardón.

Miedo al alcalde
En la calle Ferraz, donde está la sede federal de los socialistas, siempre se ha visto con enorme recelo un eventual ascenso político del alcalde, ya sea a la sombra de MARIANO RAJOY o como sucesor suyo, porque quizás sea el dirigente del PP que más daño electoral podría hacerles. No es el caso de Aguirre, que tiene capacidad de sobra para atraerse los votos de la derecha, pero difícilmente sumaría otros, lo que siempre representa un hándicap, sobre todo en unas generales.

Un pésimo momento
En cualquier caso, que el tacticismo político acabe decidiendo quién ocupa la presidencia de Caja Madrid es poco recomendable coincidiendo con tiempos de tribulación como los actuales, en que las instituciones financieras necesitan más que nunca regirse por criterios profesionales. De ahí la evidente preocupación con que se observan los acontecimientos en torno a Caja Madrid desde el Banco de España e incluso desde la Moncloa.

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