Con negritas

Una complicada desinversión para la SEPI

Nada se puede vender si no hay alguien dispuesto a comprarlo y ese es el problema que tiene la SEPI para deshacerse de su paquete de Iberia, ligeramente superior al 5%. Según el presidente de la sociedad que agrupa las participaciones del Estado en empresas públicas y privadas, la operación se realizará en 2010. Pero ENRIQUE MARTÍNEZ ROBLES ya dijo lo mismo hace un año, coincidiendo también con el trámite parlamentario de los Presupuestos, y al final todo quedó en agua de borrajas.

Martínez Robles anunció entonces que esperaba obtener a lo largo de 2009 algo más de 190 millones de euros a cambio de sus acciones de Iberia, una cifra impensable hoy por hoy, salvo que ocurra un auténtico milagro. A tenor de su capitalización bursátil actual, el 5% de la compañía española de bandera supera ligeramente los cien millones. Y entre los analistas hay bastante consenso en que los beneficios económicos de una eventual fusión con British Airways ya los ha descontado casi por completo el mercado de valores.

Este paquete de Iberia es un residuo de la privatización, que se realizó en dos fases separadas entre sí por apenas dos años, bajo los gobiernos de JOSÉ MARÍA AZNAR. La primera tuvo lugar en 1999 y permitió la entrada en el capital de varios socios institucionales; la segunda fue en 2001 y se materializó a través de una OPV. La SEPI retuvo un 5%, que le servía como acción de oro y del que pudo haberse desprendido en 2006, justamente un lustro después. Sin embargo, no lo hizo, a pesar de que la cotización llegó durante ese ejercicio  a 2,81 euros, un precio claramente ventajoso respecto de la oferta pública (1,19) y a la vista de la evolución posterior.

Ahora, los títulos de Iberia transitan por la senda de los dos euros, con leves oscilaciones al alza y a la baja que dependen de cómo suene cada día la música de la fusión. Una fusión en la que la SEPI no está llamada a desempeñar ningún papel relevante, entre otras cosas, sin duda alguna, por su conocida y antigua
disposición a vender.

El golpe de mano de Caja Madrid
La SEPI tuvo otra ocasión de enajenar su participación en condiciones más favorables cuando a Iberia se la rifaban varios grupos españoles y extranjeros, circunstancia que lanzó la cotización hasta el máximo de 4,11 euros entre rumores de OPA que nunca se llegaron a materializar. MIGUEL BLESA puso fin a esta situación en noviembre de 2008 con un golpe de mano que elevó hasta el 23% la presencia de Caja Madrid en Iberia, tras comprar la parte de BBVA y la de Logista en la línea aérea.
El que no corre vuela
La SEPI quedó descolgada de aquella atractiva operación, en la que Caja Madrid pagó las acciones de Iberia a razón de 3,6 euros, muy por encima del valor de mercado, espoleada por el deseo de hacerse con el control antes de que alguien se le adelantara. Blesa, además, contó en este caso con el respaldo de ESPERANZA AGUIRRE, que no veía con buenos ojos que el futuro de Barajas, tan importante para la economía regional, cayera en otras manos.
En la distancia
Desde entonces, Caja Madrid ha ejercido su poder sin remilgos, como puso de manifiesto el abrupto relevo de FERNANDO CONTE por ANTONIO VÁZQUEZ al frente de Iberia el pasado mes de julio. La SEPI, mientras tanto, ha sido un observador mudo de los acontecimientos, dada su nula influencia en la compañía, donde ni siquiera tiene representantes en el consejo de administración.

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