Con negritas

Se complica la batalla por el control de Cepyme

Las aguas de Cepyme bajan turbias desde que, hace ya meses, el desencuentro de su presidente con el de CEOE se tornó irreversible. JESÚS BÁRCENAS, uno de los últimos mohicanos de la vieja guardia, nunca se ha entendido demasiado bien con GERARDO DÍAZ FERRÁN. Y sus desavenencias han trascendido con frecuencia los muros de la organización hasta convertirse en materia de dominio público. La situación es incómoda para ambos y afecta a la imagen que proyecta la patronal, menos compacta que antes. Aunque CEOE la considere una hermana menor, Cepyme representa sobre el papel al 90% del tejido empresarial español, por lo que sería temerario subestimar su indudable importancia.

Bárcenas no ha ocultado jamás el poco aprecio que Díaz Ferrán le merece, a pesar de que, en su calidad de vicepresidente de CEOE, participó en el sanedrín que lo nombró a mediados de 2007. La propuesta partió del propio JOSÉ MARÍA CUEVAS, que probablemente confiaba en que Díaz Ferrán se comportaría como un simple administrador de su herencia. Fue un grave error de cálculo, como quedó de manifiesto cuando el nuevo presidente, poco después de llegar al cargo, quiso volar por sí solo. Las cuadernas de CEOE empezaron a crujir y hubo enfrentamientos bastante sonados, entre ellos el que Díaz Ferrán mantuvo a cara de perro con el viejo secretario general, JUAN JIMÉNEZ AGUILAR, que después de mucho patalear acabó en la calle.

Con este tenía Bárcenas una relación casi de dependencia y, tras su traumática marcha, se declaró prácticamente en rebeldía e incluso dejó de asistir a algunas reuniones orgánicas. Las cosas llegaron a un punto tal que, para general sorpresa, Díaz Ferrán no lo incluyó en la lista de intervinientes en la Conferencia Empresarial que se celebró el 2 de diciembre en Madrid. Para entonces, habían tomado cuerpo los movimientos destinados a debilitar la posición de Bárcenas y promover su sustitución, aprovechando las elecciones que la próxima primavera deben celebrarse en Cepyme.

Cuenta pendiente

El principal instigador del relevo es el propio Díaz Ferrán, a quien le molestaron especialmente algunos pronunciamientos inequívocos de Bárcenas a favor de que abandonara la presidencia de CEOE para que los graves problemas de su grupo empresarial no minaran la alta representación que ostenta. Bárcenas fue uno de los pocos, por no decir el único, dirigente de la patronal que rompió la tónica general de apoyo a Díaz Ferrán, al menos de puertas afuera.

El empuje de las sectoriales
En el río revuelto de CEOE, hay pescadores que están intentando obtener ganancias. Algunas organizaciones sectoriales pretenden imponer a su propio candidato, como es el caso de la poderosa Confemental, que ya ha anunciado su propósito de presentar al empresario bilbaíno ANTONIO GARAMENDI. Tradicionalmente, los presidentes de Cepyme proceden de las organizaciones territoriales, costumbre que ahora podría cambiar.

Candidato en entredicho
Se da la circunstancia de que el candidato de Díaz Ferrán para ponerse al frente de Cepyme es JESÚS MARÍA TERCIADO, hombre de su plena confianza y actual presidente de la patronal de Catilla y León. Por lo tanto, si las organizaciones sectoriales se salen con la suya, puede ocurrir que al final el puesto no sea ni para Bárcenas –que aspira a la reelección– ni para Terciado, con lo que Díaz Ferrán habría jugado un papel que recuerda al del perro del hortelano.

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