Con negritas

La mejora del beneficio y la paz societaria en Repsol

El anuncio realizado por ANTONIO BRUFAU de que el dividendo volverá a los dos dígitos este año –si las cosas no se tuercen– puede consolidar la paz societaria en Repsol, que estaba en precario desde el sonado rifirrafe con su primer accionista por el recorte de la retribución de 2009. De aquel episodio no salió satisfecha Sacyr, que había reclamado el mantenimiento del dividendo a fin de no dañar el valor en bolsa, del que dependen las garantías que la constructora debe aportar como prenda por el préstamo con el que en su día compró el 20% de la petrolera.

La insistencia de LUIS DEL RIVERO derivó en un pulso con el presidente de Repsol, poco proclive a hacer concesiones en este ámbito y menos aún con cargo a un ejercicio en el que el beneficio había caído casi el 40%. Aprovechando la aparente impasibilidad de La Caixa –su segundo mayor accionista– y el malestar del Gobierno por una batalla empresarial de tal calibre en plena presidencia de la Unión Europea, Brufau logró salirse con la suya. El dividendo fue reducido un 19%, pero la relación con Sacyr quedó bastante dañada.

Como tantas veces ocurre, la mejora de los números ha sido el mejor lenitivo para los desencuentros empresariales. Gracias a la recuperación de los precios del crudo, Repsol ganó entre enero y marzo un 30% más que el año pasado por las mismas fechas, en sintonía con gigantes del sector del tamaño de Shell o BP. Eso abre nuevas perspectivas para los resultados de 2010 y de ahí el compromiso de Brufau de contentar a Sacyr sin necesidad de abdicar de sus planteamientos.

En lo que sí ha cedido el presidente de Repsol es en la revisión del plan estratégico, que hasta ahora consideraba "la Biblia". Las inversiones previstas disminuirán del orden de 900 millones de euros anuales hasta 2014 y, a medida que las condiciones lo permitan, se enajenarán activos por importe de 4.500 millones más. Del Rivero había pedido un movimiento así para que, en las actuales circunstancias económicas, no hubiera que imponer nuevos sacrificios a los accionistas. El tiempo dirá si el gesto sirve para recomponer los puentes o si llega demasiado tarde.

Derechos políticos
La junta de Repsol fue aprovechada el viernes por algunos minoritarios para arremeter contra la supresión de las limitaciones de los derechos políticos. Brufau restó importancia a la nueva normativa, que entrará en vigor dentro de un año. Según él, los principales accionistas de Repsol ya están representados en los órganos de gobierno "más allá de lo que les corresponde". Era sin duda una advertencia por si a Sacyr se le ocurre pedir una mayor presencia en el consejo.

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