Con negritas

Mutua deja atrás una etapa al vender el 4% de Sacyr

La sustitución de JOSÉ MARÍA RAMÍREZ POMATTA por IGNACIO GARRALDA al frente de Mutua Madrileña fue un auténtico golpe de mano que el consejo de administración dio a principios de 2008 aprovechando la ausencia por enfermedad de quien había sido su presidente durante los últimos seis años. Ramírez Pomatta, que después de aquello se metió en pleitos con la aseguradora a cuenta de la pensión de jubilación (inicialmente pedía 19 millones de euros), había acometido durante su mandato una atrevida política de inversiones, poco usual en un sector donde causa furor algo tan poco sexy como la renta fija.

Cuando la burbuja inmobiliaria estaba en pleno apogeo en España, entró en Colonial, de la que llegó a tener un 10%. También se hizo con paquetes significativos de dos grandes concesionarias de obra pública: ACS (3%) y Sacyr (5%). Compró el 2% de Repsol, e incluso se atrevió con una actividad tan reacia a dar cancha a los advenedizos como es la banca, donde pescó sucesivamente el 3,8% del Popular y el 1,7% del Santander, porcentaje este último superior incluso al que posee EMILIO BOTÍN.

Antes de ser retirado a la fuerza, enajenó con éxito algunos activos, aunque lo que más plusvalías generó para Mutua, en términos absolutos, fue precisamente la venta de su participación en el Santander: 508 millones de euros. Eso ocurrió a finales de 2007, es decir, poco antes de la defenestración de Ramírez Pomatta. Pero para entonces también se había deshecho ya de las acciones de Colonial (con las que ganaron 300 millones de euros gracias a la opa de Inmocaral, presidida a la sazón por LUIS PORTILLO), de ACS (200 millones) y del Popular (40).

Garralda ha querido rematar ese proceso de desinversiones, pero  le ha pillado de lleno la crisis económica y de los mercados financieros, muy onerosa cuando se pretende vender. Harto de esperar tiempos mejores, acaba de soltar el 4% de Sacyr, con una minusvalía de 306 millones de euros, que Mutua ha ido considerando en sus cuentas durante los últimos años. Todavía le queda el 2% de Repsol, pero de momento tiene el propósito de mantenerlo en su cartera, pues en caso contrario la aseguradora también se vería obligada a soportar pérdidas. Pagó alrededor de 27 euros por acciones de la petrolera que ahora cotizan a 17.

Más Noticias