Con negritas

El pistoletazo de salida del relevo en la patronal

La CEOE pondrá fecha hoy a las elecciones de las que saldrá el sustituto de GERARDO DÍAZ FERRÁN, salvo que este opte finalmente a un nuevo mandato. Lo más probable es que el comité ejecutivo y la junta directiva se atengan al plazo mínimo de 40 días previsto en los estatutos, para acabar cuanto antes con el actual periodo de interinidad. Pero no puede descartarse que decidan aplazarlas hasta después de las fiestas de Navidad, con objeto de buscar sin prisas un candidato de consenso.

A día de hoy, sólo el andaluz SANTIAGO HERRERO, presidente de la CEA y de la Comisión de Relaciones Laborales de la CEOE, ha dado un paso adelante. JUAN ROSELL, reelegido el lunes para otros cuatro años al frente de Foment del Treball, sigue sin mostrar sus cartas, aunque a nadie se le escapa cuáles son sus verdaderas aspiraciones. Y JESÚS BANEGAS, que representa a las empresas de nuevas tecnologías, no acaba de saltar al ruedo, temeroso quizás de que su abierta oposición a Díaz Ferrán le pase factura.

Pese a que se han barajado otras alternativas y siempre cabe la posibilidad de una sorpresa, sobre ellos tres están depositadas ahora mismo todas las miradas. Herrero y Rosell lideran organizaciones territoriales, cuyo funcionamiento es el más parecido al de la CEOE y, por tanto, ofrecen experiencia y continuidad. Banegas, en cambio, puede movilizar a las sectoriales que creen llegada la hora de que, después de 33 años, un hombre suyo presida la patronal española por primera vez.
El debate sobre la procedencia del sucesor de Díaz Ferrán corre paralelo a otro no menos antiguo: el de si es mejor un empresario en ejercicio o un funcionario con plena dedicación como fue JOSÉ MARÍA CUEVAS. Sin embargo, hay dirigentes que ni siquiera tienen claro dónde se encuentra el límite, caso del madrileño ARTURO FERNÁNDEZ (CEIM), que está llamado a ser uno de los grandes electores. Primero se mostró partidario de que el nuevo presidente sea alguien acostumbrado a "pagar nóminas" y poco más tarde sugirió el nombre de MANUEL PIZARRO.

Pizarro, que es agente de cambio y bolsa, apenas ha dedicado diez de sus 69 años a gestionar empresas (Ibercaja y Endesa), aunque goza –eso sí– del favor de ESPERANZA AGUIRRE y de todo su coro mediático.

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