Con negritas

El difícil empeño de Luis del Rivero en Repsol

Con su órdago de la semana pasada, LUIS DEL RIVERO ha revuelto de nuevo las aguas de Repsol, que parece condenada al triste sino de estar cada cierto tiempo en boca de todos. Su acuerdo con la mexicana Pemex para actuar concertadamente en la petrolera española, donde a día de hoy controlan conjuntamente un 29%, tras la compra del 4,6% por parte del gigante azteca anunciada el viernes, ha sido una sorpresa en toda regla. Ni siquiera el principal accionista de Sacyr, DEMETRIO CARCELLER, estaba al corriente de las negociaciones. Sólo el presidente de Repsol, ANTONIO BRUFAU, barruntaba algo, pero cuando sus temores se vieron confirmados era ya tarde para abortar la
operación.

Del Rivero pretende desposeer de sus actuales poderes a Brufau, a quien se la tiene jurada desde que hace casi dos años sacó adelante contra su voluntad un recorte del dividendo. Aquello puso de manifiesto la limitada capacidad de influencia de Sacyr en Repsol, donde el presidente hace y deshace. Del Rivero nunca ha olvidado el desaire y ha esperado pacientemente la oportunidad de tomarse una cumplida revancha. El deseo de Pemex de adquirir visibilidad y posicionarse ante futuras alianzas internacionales, le ha venido como miel sobre hojuelas.

Sin embargo, Del Rivero no ha dado este golpe sobre la mesa sólo por ajustar las cuentas a Brufau. Le han empujado a ello quienes criticaban que no hiciese valer con más firmeza su condición de socio mayoritario de la petrolera. Por ejemplo, la banca, con la que tiene pendiente de renegociar los 4.900 millones que aún le debe por la compra de su participación. Y también Carceller, que de la mano de JUAN ABELLÓ se ha metido en un pleito con Del Rivero por el nombramiento de nuevos consejeros en Sacyr, tras el que laten sus discrepancias por el manejo de la inversión en Repsol.

Sólo el tiempo puede decir si la alianza con Pemex basta para acallar esas voces, porque mover el sillón de Brufau no es tarea fácil, salvo que se cuente con la complicidad de La Caixa o con suficiente dinero.

Más Noticias