Salud en positivo

Telemedicina: ¿Qué tal si le preguntamos al paciente?

Ilustración: Verónica Montón Alegre.
Ilustración: Verónica Montón Alegre.

Las cajas se apilaban ocupando parte del cajón de la cómoda, cada una tenía un fin concreto, perfectamente ordenadas y apiladas esperaban ese día especial: esta braga y este sujetador para los domingos y fiestas de guardar, este camisón por si tengo que ir al hospital, esta enagua para ir al médico. Solo se abrían para estos acontecimientos porque ir al médico era algo especial, me llama por mi nombre, me mira a los ojos, me escucha, me anima, tengo suerte con este mediquín joven y simpático que me ha tocado me contaba mi madre, fallecida hace años. José Manuel se llama su médico, no lo he olvidado, los días de la consulta eran días felices para una persona que entre sus achaques propios de la edad tenía una enfermedad: la soledad.

El ejercicio de la medicina ha evolucionado desde la pura y exclusiva relación médico-paciente a un complejo entramado asistencial estructural: hospitales, centros de especialidades y centros de salud, en los que trabajan diferentes profesionales y múltiples especialidades médicas, todo ello acompañado de una tecnología y unas técnicas cada vez más sofisticadas. Todo avance tiene un precio; en este caso hemos convertido el sistema sanitario en un complejo mundo compartimentado por el que transitan los pacientes que, si tienen la mala suerte de sufrir dolencias en la cabeza, en el tórax o en los huesos, subirán y bajarán pisos buscando día y hora de consulta, generalmente distintos, en el compartimento correspondiente. Eso sin contar que haya pruebas de por medio en radiología, laboratorio, neurofisiologia etc., porque es probable que en un tiempo razonable le abandonen las jaquecas, pero continúe cojeando hasta que llegue la ansiada prótesis de rodilla.

Pacientes compartimentados

Hemos compartimentado a los pacientes de la misma manera que hemos hecho con la organización sanitaria y ahora leemos que muchos médicos, de diferentes especialidades, están orgullosos y contentos de haber trabajado de manera colaborativa, para tratar y ayudar a los pacientes contagiados con covid. Es más, algunos, todos son ellos conocedores de la asistencia y su entorno, se han organizado al margen de niveles jerárquicos superiores, ahí sí que podemos decir, los hechos lo demuestran, que han colocado al paciente en el centro, por encima incluso de su seguridad y a veces de la seguridad de su familia. Esto nos devuelve la confianza; ojalá esta actitud no sea flor de un día y los profesionales se organicen alrededor del paciente y no al revés, como ha venido ocurriendo en los últimos años.

Cuando leo y escucho que, en esta etapa post-covid, se abraza la telemedicina como algo muy beneficioso para los pacientes, me sorprende que siendo así, haya sido un virus mortífero el que haya conseguido lo que se persigue desde hace años con poco éxito, en parte por problemas técnicos, falta de medios y en parte, por problemas tecnológicos y también legales, aunque el factor determinante, como en todo cambio cultural, haya sido la resistencia al cambio. Nuevamente, en esta situación de crisis, se han utilizado ampliamente medios telemáticos para ayudar al paciente.

La pandemia ha provocado una situación excepcional que ha cambiado, en parte, el ejercicio de la Medicina. El riesgo de contagio, el temor de los pacientes y la sobrecarga de trabajo de los profesionales convirtieron la necesidad en virtud y se produjo una eclosión de la telecomunicación impensable hace unos meses. Debemos celebrar la rápida adaptación y el trabajo de los profesionales que de la noche a la mañana se han visto obligados a utilizar la telemedicina, reduciendo el riesgo de contagio y facilitando el acceso al sistema sanitario de la población.

La telecomunicación (telemedicina, telerradiología, llamada telefónica, internet o cualquier otro soporte telemático) tiene que solventar antes de su pleno funcionamiento problemas tecnológicos, legales y de seguridad. Durante esta pandemia, dada la excepcionalidad de la situación, la Comisión de Deontología  y Derecho Médico del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos publicó un documento en el que especifica que "..para el uso de cualquiera de los sistemas de comunicación con el paciente rigen los preceptos deontológicos establecidos en el Código de Deontología  acerca de la relación médico paciente, la defensa de los derechos  y la seguridad  del paciente, así como el respeto a los profesionales sanitarios". Es un documento relevante dada la ausencia, en nuestro país, de una regulación normativa propia, situación que obliga a extremar las medidas de seguridad para evitar la filtración de datos sensibles cuando se hace uso de la telemedicina.

Hemos pasado de huir de la telemedicina a abrazarla con gran fe

Ya se está apuntando cómo hacer esto de la telemedicina: para resolver dudas, para contactos sucesivos, para aclarar dudas de tratamientos. Difícil llegar a un consenso entre los profesionales y más en un país de extremos como el nuestro que, como se ha visto, hemos pasado de huir de la telemedicina a abrazarla con gran fe.

La telemedicina es un instrumento no un fin en si mismo, eso quiere decir que dependiendo de cómo se utilice los resultados diferirán. Está claro que no es lo mismo la consulta presencial que la telemática, en esta última se pierden muchos detalles, por eso habrá que ser muy riguroso y selectivo a la hora de determinar para qué y en qué casos se utilizará, además de conocer las condiciones y el entorno del paciente.

Estoy segura de que los problemas tecnológicos, legales y de seguridad se resolverán, pero a mi entender, queda por resolver lo más importante ¿Qué opina el paciente? ¿alguien le ha preguntado? La telemedicina tiene dos actores principales: el o la profesional médico o de enfermería y el paciente y la telemedicina cambiará su relación. Si de verdad seguimos manteniendo que el paciente es lo más importante se impone contar con ellos y ellas para que decidan como prefieren relacionarse con su médico. Sé que saldrán a relucir las encuestas, los porcentajes, las estadísticas, pero los pacientes son personas, no porcentajes y si uno, un solo paciente, quiere y necesita ver a su médico no debería ser un numero dentro de una estadística. No olvidemos que los profesionales podemos curar poco, tenemos que confortar mucho y debemos cuidar siempre.

Si la telemedicina ha venido para quedarse, por una vez hagámoslo bien, escuchemos la voz de los pacientes, hacerlo mejorará mucho los resultados.

Llama la atención que en una etapa de reconstrucción de una crisis sanitaria sin precedentes y que ha castigado de manera inmisericorde a los mayores de 70 años no se lleve como comparecientes a la Comisión de Sanidad a supervivientes y familiares de tantos fallecidos a los que no han podido despedir, sin su testimonio la reconstrucción no tendrá alma.

FIRMANTES DEL BLOG

  • Isabel González. Médica radióloga. Fue jefa de servicio y profesora asociada de radiología en la Universidad Miguel Hernández de Elche así como Directora Gral. de la Alta Inspección y gerente de los departamentos de salud de San Juan de Alicante y La Ribera (Alzira)
  • Carmen Montón es embajadora observadora permanente ante la Organización de los Estados Americanos y ha sido Ministra de Sanidad, consumo y bienestar social y Consellera de Sanidad.
  • Ricardo Campos. Médico Oftalmólogo. Ha sido Secretario General del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social y subsecretario autonómico de sanidad.
  • Rafael Sotoca. Médico de familia y activista sanitario. Fue director general de asistencia sanitaria de la Comunidad Valenciana.
  • Begoña Frades García. Psiquiatra y jefa del área de salud mental del Hospital Pare Jofre. Ha sido coordinadora autonómica de salud mental.
  • José Antonio López Cócera es enfermero especialista en salud mental y miembro de la comisión nacional de la especialidad.
  • Enrique Ortega. Médico especialista en enfermedades infecciosas y jefe de servicio de Enfermedades Infecciosas, Emergentes e Importadas. Ha sido profesor asociado de de medicina de la Universidad de Valencia y Director Gerente del Departamento de Salud Hospital General de Valencia
  • Antonia García Valls. Asesora coordinadora en la Vicepresidencia Cuarta, Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Ha sido diputada en el congreso de los diputados.
  • Pere Herrera de Pablo. Medico de familia y médico SAMU. Ha ejercido como director del Servicio Emergencias Sanitarias de la Comunitat Valenciana.
  • Roser Falip Barangué. Doctora en Medicina y especialista en medicina de familia y en análisis clínicos. Ha sido gerente del departamento de salud de Alcoy.
  • Aurelio Duque Valencia. Médico de Familia y Comunitaria y representante sindical. Ha sido presidente de la Sociedad Científica de Medicina Familiar en la Comunitat Valenciana.
  • Verónica Montón Alegre. Artista interdisciplinar. Ilustradora del Blog Coronavirus en positivo.
  • Juan Domene. Médico Inspector en el servicio de calidad asistencial y seguridad del paciente. Ha sido gerente del departamento de salud Arnau de VilanovaLliria.

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