De lunes

Las casta de los burócratas internacionales

Donde haya reuniones del FMI habrá protestas, calificándole de "arrogante. No escucha a los países en desarrollo; se guarda la rendición de cuentas democrática; sus remedios empeoran las cosas; transforma las caídas de la economía en recesiones, luego depresiones. Tienen razón. Yo fuí economista principal del Banco Mundial (1996-2000) y ví como el FMI y el Tesoro de EEUU respondían a aquella crisis. Quedé horrorizado" . La cita es de Joseph Stiglitz, Nobel de Economía, economista de referencia mundial.

Como en la memoria de Stiglitz, en la de millones de personas perduran las formas del Fondo -y otros organismos internacionales- durante las crisis en América Latina o en Asia. Sólo que ahora, por las razones que sean, el FMI ha decidido hacer autocrítica. No debería de ser el único.

Existe una casta de burócratas internacionales, funcionarios del Fondo, la OCDE, el Banco Mundial, el BCE, el BPI o los centros de poder de la UE, que heredan cada uno de los políticos-directivos que llegan a esos organismos. Una de sus características es la arrogancia, conscientes de que el Rato, González Páramo (BCE), Almunia (UE) o Caruana (BPI) de turno son personajes transitorios, que ni de broma se atreverán a sugerirles, siendo españoles, que se equivocan con España.

Esa casta baila al son que sopla desde EEUU, el FMI y el lobby más influyente del momento. El que trata de rebelarse, a la calle. Son tan vulgares como el común de los mortales. Para no equivocarse a menudo se apuntan al cuanto peor mejor. Ejemplos tenemos cerca. Basta con recordar las previsiones de Bruselas sobre España y las veces que han rectificado.

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