EconoNuestra

El Leviatán financiero y el miedo

José Antonio Nieto
Profesor titular de Economía Aplicada en la UCM, miembro de econoNuestra y escritor

Dios también creó a los grandes monstruos, según cuenta el Génesis. Y sirvió de inspiración a Hobbes en su célebre Leviathan, que abrió el debate sobre el Estado absoluto, el contrato social, la legitimidad de los gobiernos y el "miedo a la muerte" como arma esencial de los Estados para controlar a los ciudadanos.

Pero los miedos son muchos y no es necesario recurrir a Dios ni creer en el Más Allá para que el temor atenace a los ciudadanos. La fiera satánica, o Leviatán, ha ido creciendo y alimentándose de las contradicciones del capitalismo. Los cambios de rostro del Estado-Leviatán no han sido solo alegorías para sortear las crisis. Y la lógica financiera ha terminado imponiéndose sobre el resto de los ámbitos políticos, económicos y sociales, cual amenaza bíblica hecha realidad.

Quizá fue Gramsci quien mejor anticipó la naturaleza del monstruo actual: "El Leviatán financiero", como lo denomina Francisco Rodríguez Ortiz en su último libro: Eurozona: ‘Dilema’ recesión/crecimiento blando. La economía española como paradigma (Editorial Thomson Reuters Aranzadi, 2015).

Pero no es necesario indagar en la paternidad del término. Si sabemos de qué estamos hablando, podemos llamarlo como queramos: globalización financiera, financiarización... Y Francisco Rodríguez lo analiza con claridad y explica sus consecuencias: Europa parece "estar abocada a un periodo prolongado de crecimiento blando que mantendrá un estado de paro masivo". Además, "las políticas restrictivas generalizadas no hacen sino ahondar en esas tendencias".

¡Como para no dar miedo! Más aún, si los países de la eurozona "se hallan en situación de ser unos Estados federados huérfanos de un Estado federal", como sostiene Rodríguez, citando a Fitoussi. Los Estados se hallan bajo el mandato de una lógica financiera que se ha apropiado del "vacío de soberanía que debería ocupar la creación progresiva de un gobierno europeo".

Pero, en Europa, "la actual gobernanza económica, expresión de un intergubernamentalismo asimétrico en el que priman las concepciones alemanas, solo concibe unas reglas restrictivas cuya gestión habría de incumbir a unas autoridades independientes".

Lo peor, si es que el monstruo financiero nos permite seguir con vida, es que cuando abrimos los ojos vemos que las desigualdades no dejan de crecer y que las políticas equivocadas de los gobiernos de Europa se perfilan como un error que "podría no ser inocente", porque está destinado a "socializar el miedo para culminar las llamadas reformas estructurales perseguidas por el capital desde los años ochenta".

Recién salido de imprenta, el último libro de Francisco Rodríguez, profesor de Economía en la Universidad de Deusto, profundiza en sus trabajos anteriores: Crisis de un capitalismo patrimonial y parasitario (2010) y Las máscaras de la crisis: Europa a la deriva (2012). Y lo hace con coherencia y rigor, con datos que apoyan sus argumentos y con una fresca y generosa selección de referencias bibliográficas.

De hecho, en estos tiempos tan propensos a apoyarse en investigaciones de autores anglosajones, se agradece la aparición de un libro que además de mantener vivo el hilo argumental sobre el análisis de la crisis nos recuerda también la rica tradición francesa en estos temas y la importancia de los autores españoles que se han aproximado al debate desde una perspectiva crítica.

Sobre España... pocas dudas quedan del papel subordinado de nuestra economía, como parte de la periferia europea que controlan los actuales "dirigentes alemanes", aunque "hacen trampa" cuando aluden al federalismo, porque en realidad sus propuestas colocan "en el corazón de las políticas públicas a la competencia fiscal y social", como argumento para presentar como insostenible al Estado de bienestar y eludir las auténticas reformas fiscales que precisarían los países europeos...

Las reformas como sueños que no se cumplen... El bienestar de muy pocos a costa del malestar de muchos... No son buenas las perspectivas para un país con las debilidades de España, inmerso en un proceso que resquebraja la soberanía frente a la globalización y empodera la defensa de los intereses de una minoría, tan privilegiada como ineficiente y corrupta.

Unas reformas que afectan, necesariamente, a la unión monetaria y al BCE. "El euro pide a gritos otra estrategia, otra política económica coordinada por los gobiernos", como reclama el autor de Eurozona: ‘Dilema’ recesión/crecimiento blando. Europa no puede ser una máquina de fabricar heterogeneidades (pg. 32), ni seguir ignorando el acierto de la FED en EE.UU. para manejar los tiempos y la comunicación de forma magistral (pg. 131), ni ignorar la losa que supone la deuda para el crecimiento (pg. 162).

La Unión Monetaria Europea da miedo, porque está mal diseñada, se ha quedado a medio camino y actúa como catalizador de la crisis, "al carecer Europa de la necesaria integración fiscal, de un prestamista de último recurso y al haber acentuado la integración monetaria las heterogeneidades y desequilibrios nacionales".

"Se ha resquebrajado el modelo de una moneda única sin Estado", como recuerdo Francisco Rodríguez. El crecimiento ya no podrá basarse en un mayor endeudamiento privado. Nos espera, como apuntó Fitoussi, la era del crecimiento blando. La era del miedo a la desigualdad. El temor a carecer de recursos para una subsistencia digna, incluso trabajando.

Más aún, si no se aborda el problema del paro con un "nuevo reparto del trabajo", una reforma "radical y progresiva de los sistemas tributarios", y un "nuevo consenso político" que incluya nuevas pautas sobre la redistribución de la renta y las ganancias de productividad...

¿Miedo a las consecuencias del Leviatán financiero? ¿Podemos combatirlo en Europa?

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