Si fumas a diario, tienes ansias de consumir tabaco o fumas más tiempo del previsto, según el nuevo manual de Diagnóstico Psiquiátrico DSM-V, el más utilizado, padeces un trastorno mental, puedes ser diagnosticado con el denominado "Trastorno por consumo de tabaco"
Así, hoy, gracias a este nuevo diagnóstico, más del 20% de los españoles ha entrado de un plumazo en el terreno de la psicopatología. Mayor número aún si añadimos a los fumadores sin humo que, por supuesto, también se incluirían entre los afectados por este nuevo trastorno.
Que los vicios no son precisamente saludables se ha sabido siempre, pero de ahí a que pasen ya directamente a la categoría de trastornos mentales, va un buen trecho. Por supuesto, como médico no quiero menoscabar de ninguna manera que el hábito de fumar, incluso unos pocos pitillos al día, es negativo para la salud y debe ser abordado, pero eso no lo convierte automáticamente en trastorno mental. Hay innumerables actitudes y conductas negativas para la salud muy comunes y que no tienen por qué ser trastornos mentales. Así, está más que demostrado, por ejemplo, que llevar una vida sedentaria, comer desequilibrádamente o en exceso (más ahora en Navidades), vivir en ciudades ruidosas y con altos niveles de contaminación etc... son malos para la salud ya que dan lugar a enfermedades cardíacas, respiratorias, hipertensión arterial, etc. . Y millones de personas lo hacemos. Porque la salud es un medio para vivir una vida que nos parezca que vale la pena, no es un fin en sí misma, si no acabaríamos todos convertidos en hipocondríacos, en personas que viven obsesionadas por su salud.
Resulta muy chocante además que al denominar trastorno mental al fumar se pongan en el mismo saco hechos tan radicalmente diferentes como por un lado fumarse unos pitillos al día y por otro, cuadros tan relevantes como los delirios de persecución o el sufrir ataques de pánico con sensación de muerte inminente. Y hay que tener en cuenta además todo el estigma social que se asocia a ser diagnosticado de padecer un trastorno mental.
Siguiendo los dictados de esta clasificación del DSM-V, que son deliberadamente ambiguos, se puede padecer "El trastorno por consumo de tabaco" (305.1) poseyendo tan solo 2 características tan comunes en cualquier fumador como las que señalábamos: " hay ansias de consumir tabaco" y " el fumar a diario" .
Pero más chocante es aún que este supuesto trastorno por fumar no cumpla ni siquiera los mínimos requisitos, muy ambiguos, que el propio DSM exige para padecer un trastorno mental. Porque la propia definición de trastorno del DSM señala que ha de haber una alteración significativa a nivel cognitivo, emocional y de conducta. Obviamente nada de esto le ocurre a un fumador. Los fumadores son cognitiva y emocionalmente personas sin ningún problema especial, como los demás. Y resulta poco serio, un argumento circular, tautológico, plantear que tienen una alteración conductual....que consistiría justamente en la conducta de fumar. Entonces, si no hay síntomas psiquiátricos por qué se diagnostica de trastorno mental?
Revisando las anteriores ediciones de los DSM es muy interesante observar cómo se ha ido preparando progresivamente el terreno hasta llegar a este flamante nuevo trastorno. Mientras en el DSM-III en 1980 se introduce "El trastorno por abstinencia de tabaco" (292.0), ya en el DSM-IV en 1994 se añade la "Dependencia de nicotina" ( F17.2x), llegándose como hemos señalado en el DSM-V el año 2013 a la enorme ampliación de la psicopatología que da lugar a este nuevo trastorno denominado "Trastorno por consumo de tabaco" (305.1.)
He señalado que el hábito de fumar ha pasado de ser considerado vicio en la cultura tradicional a ser hoy trastorno mental y no me he detenido a analizar este planteamiento desde esta perspectiva del vicio, lo que nos llevaría a discutir largamente sobre este concepto y todos los componentes sociales, culturales, de valores,de aspectos de transgresión, que implica (lo dejaremos para otro artículo). En todo caso obviamente el tema del fumar es un tema muy complejo y mi apunte en este texto es ante todo una llamada a la reflexión para no acabar cayendo en la hipocondrización generalizada.
De todos modos, quisiera finalizar este artículo resaltando la idea, de que el fumar, aún habiendo sido considerado en la cultura tradicional un vicio, ha sido tenido por el más inocente de los vicios, tal como nos lo muestra claramente este viejo chiste de jesuitas
Se va a confesar un feligrés y pregunta:
-Padre, ¿puedo fumar mientras rezo?
-No hijo, no
Más tarde se confiesa un jesuita y pregunta:
-Padre, ¿puedo rezar mientras fumo?
-Por supuesto que sí, hijo, !qué buena idea!
Comentarios
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