Mariano Rajoy, bajo la piel de oso que aún no ha cazado, prepara su primer Gobierno. ¿En una libretita azul como de su mentor José María Aznar? Lo mejor de las encuestas es que imprimen seguridad a los supuestos vencedores. Y se sueltan el pelo. Así, cuatro concejales del PP de Poyales del Hoyo (Avila) la liaron parda el fin de semana al grito de "no queremos comunistas en el pueblo". In vino veritas, encabezaron un conato de linchamiento durante el traslado de los restos de nueve víctimas de la dictadura. Rajoy garabatea, a pie de página, la palabra moderación. Cualquiera de esos ediles podría ocupar Interior.

Para Exteriores, toma cuerpo Salomé P. Villaverde, secretaria de Educación de Nuevas Generaciones del PP de Asturias. La que, a propósito de la última hambruna de Somalia, escribió junto a un anuncio de Moet Chandon, aquello de que "en España no cabe un tonto más: Regalamos 25 millones de euros para África! A nosotros no nos regalan nada para paliar nuestras necesidades!". Probablemente el mejor champán, habrá escrito Rajoy. O no.
El alcalde en funciones de Granada, Fernando Egea critica que coloquen una placa en las tapias del cementerio, en memoria de los injusticiados allí por el franquismo. Arguye con voz de Carbono 14 que la valla actual fue levantada en los 50. Buen candidato a Fomento. Para apoyarle, Marifrán Carazo, portavoz del PP local, cita el fiasco de la exhumación de los restos de García Lorca y que concluyó con "el descubrimiento de dos latas de atún y una de coca-cola". Rajoy lo tiene crudo. No sabe si nombrarla ministra de Cultura, de Medio Ambiente, de Comercio o de Agricultura y Pesca.