Fuego amigo

Esta es mi receta

El director de 20 Minutos, Arsenio Escolar, plantea en su blog una pregunta interesante ("me alegro de que me haga esa pregunta"). Tras proponernos la adivinanza de a ver si sabemos quién ha dicho esta frase: "En innumerables redacciones hay columnistas y analistas que mal consiguen esconder la camiseta de partido", pregunta a los lectores: "¿De qué redacciones, columnistas y analistas dirías tú lo mismo?"
La respuesta es una obviedad: todos los columnistas y analistas que escriban sobre la actualidad política y sociológica en cualquier periódico lo hacen a través del tamiz que ayer os recordaba: el filtro de confirmación. Todos escribimos empapados de una cultura determinada, de unas creencias, con nuestras filias y nuestras fobias acechando tras cada línea de pensamiento, lo que nos empuja a utilizar de manera selectiva nuestro objetivo. Lo ha explicado muchas veces Martínez Soler, que es más sabio que yo: ningún periodista escribe con la mente en blanco, la objetividad no existe en estado puro, es una entelequia, la objetividad es la suma de muchas subjetividades que se compensan, y sólo la honestidad personal puede mitigar que el filtro de confirmación nos lleve al abuso, al fraude y al delirio.
Por eso las víctimas del terrorismo creen tener la mejor receta contra el terrorismo, por eso los parientes de las víctimas de asesinato piensan que es necesario instaurar la pena de muerte, por eso las víctimas de una violación consideran la castración como la pena más justa, y por eso un juez del Opus Dei compara el matrimonio homosexual con "la unión entre un hombre y un animal".
Os voy a poner un ejemplo. La gente cree que una cámara de fotos o de video es el instrumento más objetivo que existe (hasta al grupo de lentes lo conocemos como "objetivo") porque capta lo que existe delante de ella, sin manipulación posible. Pues bien, corría el año 1985, y las huelgas estudiantiles, con el Cojo Manteca al frente, un delincuente tristemente famoso por entonces, comenzaban a estallarle al gobierno socialista de Felipe González. Yo acompañaba a las cámaras de TVE que "objetivamente" recogían allí, para el telediario, lo que ocurría en el tramo entre la madrileña plaza de Cibeles y la calle de Alcalá, escenario de la refriega. Cuando las cámaras enfocaban a la izquierda, recogían una carga policial, de una contundencia exagerada, con cientos de policías abriéndose paso a golpes de porra, pelotas de goma y culatazos, al tiempo que abrían también alguna que otra cabeza de los indefensos manifestantes. Resultado: barbarie policial.
A la derecha, un grupo de delincuentes habituales infiltrados en la manifestación, capitaneados por el Cojo Manteca, de un aspecto siniestro, rompía a pedradas y bates de béisbol cabinas telefónicas, cristales de las ventanas de los edificios, y todo mobiliario urbano que encontraba a su paso, además de prender fuego a un par de coches aparcados, a la espera de la llegada de la policía. Resultado: barbarie estudiantil. Las dos tomas eran verdad y podrían ponerse al servicio de distintos dueños. Si esto ocurre con las cámaras, ¿qué no ocurrirá con los objetivos de los comentaristas de los periódicos?
Como he sido citado más de una vez en el blog de Arsenio tras su arriesgada pregunta, y como no quiero presumir de una objetividad que no existe (en economía dicen que "lo importante es la tendencia") quisiera daros la receta de los componentes de mi "filtro de confirmación", para que nadie se lleve a engaño:

Ingredientes:
-Soy ateo porque dios no existe. Y como no existe, pero en su nombre se roba, se mata, se tortura, se miente... dedico buena parte de mis esfuerzos a luchar contra los que viven y abusan de esa mentira y manipulan a sus creyentes para perpetuar su poder y sustento.
-Soy de izquierdas, porque creo que es lo más honesto que puede ser un ser humano. Soy de izquierdas, como lo contrario a conservador, a conservador de los privilegios, de las diferencias sociales, culturales, religiosas.
-No soy nacionalista, porque creo que el nacionalismo pertenece a la infancia de la humanidad, un salto más en la escala que va desde la familia a la tribu, y a la civitas después, hasta llegar al estado moderno. Tengo ganas de acelerar el proceso hasta que la única nación sea el planeta Tierra, porque el salto siguiente que se vislumbra desde el estado actual, como es la globalización, sólo está sirviendo para globalizar los privilegios, la injusticia distributiva, la economía depredadora.
-No pertenezco a ningún partido.
Elaboración:
Tómense todos estos ingredientes, agítense bien (en el fondo soy un agitador) y pónganse a enfriar antes de servir el plato. En caliente son sumamente indigestos, y hasta explosivos.

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