Fuego amigo

El efecto 13-M se contagia por el mundo

......................................................................................................................................................

Ahora que ha vuelto "el hombre" (en su versión recortada del hombrecillo insufrible) a marcar tendencia dentro de su partido, se reavivan todos los viejos fantasmas en el argumentario del PP preparatorio de los próximos comicios locales y autonómicos. Es decir, vuelve Aznar, vuelve el contubernio PSOE-policía con ETA, y vuelve, sobre todo, la estrella de esa amalgama parafascista conocida como TDT Party: la teoría conspiranoica. Todos juntos, cara al sol, incorporan a la camisa nueva de la lucha electoral que tú bordaste en rojo ayer los tres elementos que tan exitosamente les hicieron perder dos elecciones seguidas.

La piedra, como bien sabemos, es el único mineral que tropieza dos veces con el mismo hombre; hombrecillo, en este caso.

Cada vez que ellos sacan a paseo su hilarante teoría de la conspiración me recuerdan aquella memorable noche del 13 M, la de los sms y teléfonos móviles que nos convocaron ante la sede del PP en la calle de Génova 13 de Madrid, en una conspiración, la nuestra, ésta sí, apoyada en las nuevas tecnologías, con el fin de quitar de la cabeza del gobierno de Aznar la idea golpista que rondaba su cabecita de suspender las elecciones.

Desde entonces la lucha democrática cuenta con un arma poderosa. La historia reciente está demostrando el poder de las nuevas tecnologías, Internet y los teléfonos móviles, y el miedo cerval que tales instrumentos provocan en los dictadores. Antes los golpistas y dictadores ocupaban las televisiones y las radios, y hoy cierran Internet y la cobertura de los smartphones.

El efecto dominó está prendiendo en el mundo árabe. Las revoluciones de los claveles se llaman hoy revoluciones de las nuevas tecnologías, cada móvil es una flor que los dictadores, como está ocurriendo en Egipto, quieren marchitar. En realidad es el efecto 13-M que ya habíamos inventado nosotros contra los que nos querían vender gato por liebre.

Más Noticias