Fuego amigo

Aznar en el banquillo, si Dios quiere

 

José María Aznar, como miembro del Consejo de News Corporation, el conglomerado de medios de comunicación de Rupert Murdoch, está ya preparando su defensa con un equipo de abogados, ante el cariz que está tomando el asunto de las escuchas ilegales del diario News of the World.

 

Tiene gracia que alguien lo vaya a sentar en el banquillo por un asunto secundario, como en el caso del padrino mafioso Al Capone, cuando hace tiempo que debería haber comparecido ante un tribunal por sus mentiras criminales que dieron cobertura a la invasión de Irak.

 

El hombrecillo insufrible parece un producto perfectamente diseñado para el grupo Murdoch, el estandarte de la extrema derecha norteamericana, abanderado del negacionismo del cambio climático. Un calentamiento global, al que está prohibido referirse en la FOX, el canal de televisión de Murdoch, si no es para ponerlo en entredicho; un cambio climático que amenaza ya abiertamente la paz mundial, según declaraba el miércoles el Consejo de Seguridad de la ONU.

 

El Parlamento británico está dilucidando hasta qué punto el grupo Murdoch y sus empleados, como Aznar, forman una alianza criminal que sobornaba policías y políticos e invadía la privacidad de las personas. Pero se trata de algo más poderoso, una amenaza real para el planeta. La ONU nos avisa de que podemos enfrentarnos en pocos años a millones de "refugiados climáticos", expulsados de sus tierras por la subida del nivel de las aguas, mientras los jefes de Aznar redoblan su propaganda negacionista para estrechar los lazos que unen a las industrias contaminantes con las fuerzas conservadoras a las que financian.

 

Es el primero, pero tontamente le llaman el cuarto poder a ese tipo de prensa.

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