Fuego amigo

Los papeles cambiados del canon digital

Cuando estalló el asunto del canon digital y quedó al desnudo lo que parecía a todas luces el espíritu corporativista de la Sociedad General de Autores Españoles (SGAE), una empresa privada que se dedica a la gestión de los intereses de sus socios, pero en la que el gobierno socialista delega la captación de impuestos, en una especie de privatización de la Hacienda pública, me dije que algo no había entendido bien. Así que me puse a estudiar, pero me ha ocurrido lo mismo que con la teología, cuanto más avanzas en su estudio más estúpida te parece.

Con tanta información como manejamos en la era digital (un amigo mío la llama la era genital, porque hay más sexo que información) uno se ve obligado a armarse de mecanismos que simplifiquen la búsqueda, como, por ejemplo, comenzar por la credibilidad que te merece el mensajero antes de analizar el mensaje. Veamos: esquiar es un deporte muy bueno para la salud. Pero si el que está esquiando es Lamela, sabes inmediatamente que lo que hacía era esconderse. Esquiar, entonces, gracias a la falacia contrastada del mensajero, y no al mensaje, resulta que más que un deporte es una coartada.

Así que, aplicando este elemental principio (elemental, ya lo digo yo), si un gobierno socialista delega en una sociedad privada la captación de un impuesto indiscriminado que apesta a rapiña, y a su vez, el partido de la oposición, el más liberal del mundo, partidario de privatizar todo lo que se menee, se opone a ello en defensa de los intereses generales de los ciudadanos, entonces, queridos amigos, e incluso los que no sois amigos ni sois queridos, el desconcierto me obliga a seguir avanzando. Si me cambian la partitura a estas alturas del siglo estoy perdido.

Tenemos así en campaña a un PP que, contra el impulso que le dictan sus genes y con la nariz tapada, se opone al canon gracias al flanco abierto que le ha dejado el PSOE, y de paso se venga de todos los artistas que le pusieron en ridículo cuando nos metió en la guerra de Irak.

En el otro extremo, el PSOE, abierto el frente de los obispos, traga con el canon porque no quiere enfrentarse al "mundo de la cultura", un enemigo incómodo e impopular, como confiesan en privado muchos de sus barones.

Vamos, os lo digo por si teníais claro a quién votar.

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