Memento

Itziar Ituño, Rafa Nadal y los derechos humanos

La actriz Itziar Ituño (c) participa en la manifestación convocada por la organización de apoyo a los presos de ETA en Bilbao. EUROPA PRESS/H.Bilbao
La actriz Itziar Ituño (c) participa en la manifestación convocada por la organización de apoyo a los presos de ETA en Bilbao. EUROPA PRESS/H.Bilbao

Es curioso, pero llevamos un tiempo viendo cómo se indigna la derecha más reaccionaria acusando a lo que ellos llaman "izquierda woke" de practicar la cultura de la cancelación. Ven fantasmas por todos lados.

Podemos ver a los que van a El Hormiguero (el programa con más audiencia)  denunciar que ya no se puede decir nada ni hacer chistes de enanos. Otros hablan de persecución a la escritora J. K. Rowling por sus continuas declaraciones tránsfobas, cuando sus libros siguen vendiéndose como churros, siguen saliendo nuevas películas de su franquicia y nuevos muñecos, figuras, tazas o cualquier producto vendible con la cara de Harry Potter.

Y a otros les parece mal que Plácido Domingo no pueda actuar por estar acusado de acoso sexual, pero ahí sigue, con agenda programada y llenando recintos pese a unos supuestos delitos tan graves. Pero es que ya no se puede decir nada, la izquierda te cancela enseguida, ¿verdad?

La realidad es la contraria. Si hace dos semanas hablaba de la censura previa en el festival MIAU de Fanzara (Castellón) por parte del gobierno local del Partido Popular, esta semana le ha tocado a la reconocida actriz Itziar Ituño sufrir la persecución de la derecha mediática y cibernauta.

Su delito no fue otro que acudir a una manifestación en apoyo a los presos vascos que sufren una política penitenciaria injusta. Por mucho que se hable de que apoya a los presos de ETA (eso lo sabrá ella), lo que pedía esa marcha era un reconocimiento de derechos que los equipare al resto de presos y también para las personas que están exiliadas. En su manifiesto no piden privilegios, solo derechos humanos y más democracia.

Sabemos que en un país donde ETA sigue siendo un negocio (económico y político) para muchos no les van a ceder ni un ápice de humanidad, pero eso es lo que pedía Itziar. Ella y decenas de miles de personas, por cierto.

Al saltar a las noticias la participación de la actriz en la protesta no tardó la derecha más cavernaria en lanzarse a por ella. Además, con su ejército organizado en redes que buscan cómo hacer el mayor daño posible.

Por un lado, está la táctica entrar uno detrás de otro en sus redes sociales para insultarla de todas las maneras posibles. Acoso y derribo hasta que cierre sus redes sociales o se ausente de ellas (en este caso ha sucedido lo segundo).

Por otro lado, buscar si participa en el patrocinio de una marca y mencionarla continuamente hasta que retire la campaña con la actriz en cuestión. No tardaron Iberia y BMW en prescindir de Itziar y sacar sendos comunicados. Seguramente estas dos marcas no iban a perder clientes por esta polémica, pero cualquiera aguanta a los trols. Lavadita de cara y a seguir existiendo.

La tercera parte de esta táctica repetida será acosar a directores o directoras de futuras posibles películas donde participe Itziar Ituño para acorralarla y dificultar que trabajen con ella. No es la primera vez, si no que le pregunten a Willy Toledo. Esperemos que no vuelva a suceder.

Curiosamente, a la vez que esta noticia se hacía viral, otro famoso, en este caso tenista, se hacía embajador del tenis de Arabia Saudí. Ese país tan democrático donde asesinan y descuartizan periodistas o donde las mujeres y el colectivo LGTBI son sistemáticamente perseguidos.

¿Han recurrido al insulto y a la persecución esta vez? Obvio que no. Porque la persona en cuestión es uno de los pilares fundamentales de la carcunda española junto a la Constitución y el Rey. Hablamos de Don Rafael Nadal y puede hacer lo que le dé la gana, escupir sobre una mujer saudita, matar a un opositor y mear sobre su cadáver porque ha llevado la bandera española a lo más alto de París en catorce ocasiones. ¿Alguien ha ido a insultarle o a patrocinadores como Kia, Banco Santander o a Nike a decirle algo? Nadie.

Además, es llamativo. Los defensores de Nadal lo justifican porque es mucho dinero y porque, según ellos, "todos haríamos lo mismo". Asumen que tienen un precio. Tan barato que se venden aun sin ofertas. Los derechos humanos se la sudan. Vivirían en cualquier país al que ahora llaman "de moros" por cuatro duros. Les da igual que respeten a las mujeres o a las minorías o que no exista democracia.

Como les importan poco los derechos de los presos porque para ellos todos son unos asesinos y piensan que nunca pisarán una cárcel. Como si fuera ajeno para ellos. Como si esa gente no valiera nada. La política de mirarse al ombligo y al bolsillo. Tan propia de esa derecha que ve cancelación donde no la hay, pero que persigue y acosa a todo el que piense diferente.

Itziar Ituño pedía respetar a los derechos humanos. Rafa Nadal va a limpiar la cara de un régimen que no los respeta. Curiosamente la mala es la primera y el segundo seguirá siendo un héroe nacional. Seguirá con patrocinios y con defensores a ultranza haga lo que haga.

Pero ¡oh! ¡Maldita izquierda woke que cancela todo lo que no les gusta! Lo peor es que van ganando el relato y parece la realidad, cuando sigue siendo la izquierda la que sufre la represión y la censura. Eso sí, al menos dormimos con la conciencia tranquila. Ya es más de lo que pueden decir algunos que entrarán a insultarme por este artículo o quienes no respeten la postura política de un o una famosa que sea contraria a la de ellos.

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