Modos y Modas

Leche Puleva Omega 3

ANUNCIOS ANIMADOS // FERRAN CALVET

Sabemos que "Omega 3" no es una estación orbital sino cierto ácido graso de efectos saludables —al menos hasta que en un par de años se demuestre lo contrario—. Por eso se nos insta a que lo traguemos a todas horas, aunque sea mezclado con algo que disimule su sabor seguramente repugnante. Quizá por eso Puleva ha decidido anunciar su leche como si fuera un medicamento. Ni prados asturianos, ni vacas, ni niños sonrientes con el bozo teñido de blanco. El entorno es un laboratorio y el experto que se dirige a nosotros lleva bata blanca. Por si nos quedan dudas sobre su solvencia científica, nos habla con acento extranjero. Sólo durante un instante, una pantalla muestra a alguien en el casi obsceno acto de beber un vaso de leche, lo que evita que confundamos el anuncio con cualquier otro de champú anticaspa.

Lo único que no termina de encajar es esa supuesta imagen de microscopio electrónico en la que unas bolitas azules de Omega 3 acaban con las bolitas amarillas de colesterol que obstruyen una arteria. Comprendemos lo cara que resulta la infografía de calidad, pero también se hubiera podido recurrir a una metáfora original, más allá de la tan socorrida del atasco en la autopista.

Por ejemplo: las moléculas de Omega 3 son fornidos Mossos d’Esquadra llegando en furgones celulares con sus cascos y sus porras. Y las de colesterol, una panda de okupas que se agarran con sus bracitos tatuados a las barandillas del inmueble ocupado... Mucho más verosímil, ¿no?

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