Extraños Delincuentes

Al Lazarillo le gusta el fútbol

El Lazarillo de Tormes, aquel personaje universal de la literatura que comía las uvas de tres en tres para no dejarse engañar por su invidente mentor, tendría difícil despuntar en la España de hoy. Y no por falta de oportunidades, sino por exceso de competencia. La última de los picaros de este siglo XXI se ha producido en Internet, donde no es que estos delincuentes las cacen al vuelo, sino que ellos mismos vuelan y se lanzan en picado para cazarlas.

En los últimos días, la Guardia Civil ha detectado que estos amigos de lo ajeno -a ser posible dinero- han encontrado en la inusitada sucesión de 'partidos del siglo' entre el Real Madrid y el Barcelona una nueva gallina de los huevos de oro. Y, a la vista de las denuncias que está recibiendo el Instituto armado, la están desplumando viva y a manos llenas.

Para ello, estos 'ciberpícaros' simplemente ponen un anuncio en una página web clasificados en la que ofrecen a precio de coste una entrada para alguno de estos duelos futbolísticos que despierta pasiones. Para justificar el chollo, incorporan en los textos excusas tan variopintas como que "mi novia me ha amenazado con dejarme si voy al partido" o "mi amigo me ha dejado colgado con su entrada", sin olvidar el socorrido e "inorportuno" viaje de trabajo o el vengativo jefe que le ha puesto una guardia el día D a la hora H. Ante tal 'cúmulo de desgracias', ellos sólo quieren recuperar lo pagado por el ansiado pase.

Cuando un incauto, cegado por sus colores deportivos y por lo que cree una irresistible oportunidad, pica y se pone en contacto con el aviso, la respuesta es siempre la misma: "tu mándame el dinero, que yo te hago llegar la entrada a tu casa". El primero envía los euros por una transferencia, mediante 'pay pal' o, simplemente, a través de el servicio de paquetería que le indica el vendedor. Luego se sienta a esperar una entrada... que nunca llega. Entre otros motivos, porque tal entrada no existe y porque el atribulado vendedor es en realidad un estafador de los de todas las vidas pero con ordenador en casa.

El Grupo de Delitos Telemáticos colgó este martes una alerta en su página de facebook para alertar sobre este timo después de que, como me reconociera uno de sus responsables, la reciente final de Copa del Rey hiciera brotar de debajo de teclados y ratones un buen número de denuncias sobre esta 'estafa futbolística' que, además, es difícilmente perseguible. Porque los picaros son, precisamente, eso, pícaros, y se saben la ley mejor que un estudioso del Aranzadi.

Por ello, la cuantía de lo estafado no suele superar los 400 euros, por lo que el delito no adquiere la condición de tal y se queda en simple falta. De este modo, pocos jueces, por no decir ninguno, se tome demasiadas molestias (y mucho menos la de autorizar una investigación que incluya intervenir las sagradas telecomunicaciones de un sospechoso) para intentar recuperar el puñado de euros que el madridista o el culé en cuestión han perdido por su mala cabeza.

Ante este panorama, no extraña que muchos afectados decidan finalmente no denunciar y prefieran quedarse en su casa con el cabreo a la espera que 'su' equipo gane y, al menos, le endulce un poco el mal sabor de boca que le ha dejado la 'cibercompra'. Seguramente, el moderno Lazarillo también verá partido, aunque en su caso la victoria o la derrota es lo menos. A él el futbol le gusta más que las uvas, pero por otra cosa.

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