Con pocos ingredientes se logra el resultado celestial... No es extraño que haya sido uno de los platos favoritos de los menús de muchos restaurantes. Hablamos de la sepia al ajillo, ingenio que une el pescado con el ajo y el perejil, todo salteado y perfumado a veces con un poco de vino blanco.

Tienes que pedirle al pescadero que te limpie la sepia y la corte a daditos, aunque también puedes hacerla entera o partida en mitades. El truco para que la sepia salga con la textura adecuada es pasarla por la plancha o sartén primero con un poco de aceite: esperas a que suelte su agua, la sacas y escurres, y después la salteas a fuego fuerte. El majado se añade al final.

Receta de sepia al ajillo

Ingredientes 2 personas:

• 1-2 sepias limpias cortadas en dados (según tamaño).
• 2-3 dientes de ajo.
• Perejil fresco.
• 1 chorrito de vino blanco.
• Aceite de oliva virgen extra.
• Sal.

1. Fríe la sepia:

Pon los trozos de sepia en papel absorbente. Calienta la sartén, con un chorrito de aceite. Añade la sepia y cocínala por unos minutos. Remueve, que se haga por ambos lados. Verás que aparece su jugo. Retira la sepia y escúrrela de nuevo en papel de cocina.

2. Haz el majado y saltea la sepia:

Pela los dientes de ajo y ponlos en un mortero. Agrega un buen puñado de perejil picado. Machácalo, que quede muy triturado. Echa una cucharadita de aceite y remueve. Añade vino blanco (solo un chorrito, para perfumar). Vuelve a calentar la sartén a fuego fuerte (sin el líquido del pescado y con un chorrito de aceite). Echa la sepia y dórala bien, con un poquito de sal (vigila que salta). Cuando esté dorada, agrega el majado, y sofríelo junto a la sepia durante unos minutos. Espera a que se evapore el alcohol y que se integren los sabores. Sírvelo inmediatamente.