El repartidor de periódicos

Loas al ilustre descuidero y el misterio del déficit

elmundo.750La semana mediática empezó convulsa con la retirada de un verdadero rolling stone de nuestra moderna oligarquía. O sea, César Alierta, ya ex presidente de Telefónica. Las loas y alabanzas no tardaron en adornar su mutis desde nuestros medios tradicionales, hasta alcanzar paroxismos más propios de la mística cortesana que de la imparcialidad periodística. El Mundo llegaba incluso a ponerse áulico en su segundo editorial de este miércoles: "A punto de cumplir 71 años, su retirada [..] se enmarca dentro del necesario y saludable proceso de regeneración que se viene produciendo en España desde que el rey Juan Carlos cedió el testigo a su hijo, Felipe VI". Tras pedir las sales en previsión de un vahído, medité si a Alierta, o a nadie, le puede halagar la comparanza con el monarca cesante. El de las comisiones, el 23-F, los elefantes boutsuanianos, los amigos peligrosos y las corinnas...

Tras abandonar mi duda en el viento seguí con la lectura y hallé en el mundano editorial la "mancha que no se puede borrar de su trayectoria", la de Alierta. Aprovechando su privilegiada situación al frente de Tabacalera hasta el año 2000, nuestro ejemplar gestor se hizo (más) millonario comprando acciones de su propia compañía a sabiendas de que iban a subir de precio con la venta a la norteamericana Havatampa. En connivencia con su sobrinito Plácer, Alierta se levantó 1,8 millones en ganancias, delito que fue probado, pero ya una vez prescrito, como corresponde que nuestra justicia trate a un buen patriota.

larazon.750Olvidan señalar los cronistas que ya entonces Alierta apuntaba maneras a la hora de elegir a sus compiyoguis. Sus fichajes estrella en la firma tabaquera son terna de mucha enjundia en la reciente historia judicial española: Rodrigo Rato, Iñaki Urdangarín y Eduardo Zaplana (contigo empezó todo en Valencia). Y tampoco se alude al hecho de que Alierta está siendo investigado como socio de Rato en su negociete hotelero y blanqueador de Berlín. Son asuntos que El País, ABC y La Razón ni siquiera abordan en sus elogios funerales. ¿Para qué manchar el nombre de este egregio jubilado con esas menudencias?

Al día siguiente de la renuncia, nos despertamos con la noticia de que Telefónica ha sido imputada por sus pagos a Rato. Son 726.000 euros por asesorías fantasmas devengadas al ex milagrero económico de Aznar a través de una sociedad, Kradonara, que opera alegremente en paraísos fiscales. Ni El Mundo ni El País se hacen eco de la imputación. ABC y La Razón sí la llevan más o menos escondida, pero sin citar jamás a Alierta. Quien, por cierto, aun siendo tan magnífico gestor, deja en la compañía un pequeño pufo de 49.921 millones de euros. Otro dato de nimia relevancia para nuestros informadores de papel. Que la verdad no te obnubile una buena campaña publicitaria. En resumen, un gran hombre de negocios.

elpais.750El misterioso déficit

La desviación del déficit público español en 2015 (10.000 millones por encima de lo pactado con Bruselas) nos ha dejado a todos estupefactos. Esto es cosa de las meigas, Mariano. Resulta imposible creer que tu dulce vals austericida se haya transformado en canto de cisne. Con medio partido metido en la trena y el otro medio preparando el petate carcelario, a Rajoy solo le quedaba, caso de inminentes elecciones, hacer campaña con su presunto milagro económico. En su billete España incumple, José Carlos Díez --El País-- le escribe el mitin electoral a Pedro Sánchez, a Pablo Iglesias, a Albert Rivera o a quien desee plagiarlo: "En 2011, los ingresos y los gastos estaban equilibrados y Zapatero dejó inmaculados 70.000 millones en la hucha de las pensiones [el gallego austericida se pulió 45.451 millones en cuatro años]. Rajoy deja un agujero superior a los 15.000 millones y la hucha tiritando".

Las cuentas del PP y de sus gobiernos siempre han dibujado un paisaje nebuloso e insondable, como los bosques encantados de Wenceslao Fernández Florez. Es lo que tenemos los gallegos. Y esa idiosincrasia es lo que no han entendido en Europa los jefes de los hombres de negro, que llevan cuatro años desconfiando de las cuentas de la vieja de Rajoy. Sigue Díez relatando este cuento de hadas: "Rajoy y sus ministros se permitieron el lujo de mentir a la Comisión Europea, insultando al comisario [de Asuntos Económicos, Pièrre] Moscovici diciendo que atacaba a España al ser socialista, y dejando la imagen de España en Bruselas en el mínimo de credibilidad desde la muerte de Franco".

abc.750Cierto que Cristóbal Montoro, que por su fantasía desatada también merecería ser gallego, ha corrido a echar la culpa a las manirrotas comunidades autónomas, y sus corifeos mediáticos han acudido al rescate afilando incluso su argumento con aportaciones estupefacientes. Es el caso de ABC, que este viernes, en un editorial titulado Es urgente corregir el déficit, escupe sobre los progresistas la manzana del pecado original deficitario: "Los cambios de gobierno que han protagonizado numerosas regiones, con la llegada al poder de coaliciones de izquierdas dispuestas a disparar el gasto y dificultar la creación de riqueza, han lastrado el saneamiento de los presupuestos autonómicos". Olvida el centenario diario que, a 24 de mayo de 2015, Castilla-La Mancha, Murcia, Valencia, Madrid, Castilla y León, Cantabria, La Rioja, Aragón y Extremadura estaban gobernadas por el PP. Son detalles que pueden marear el frágil entendimiento de sus delicados lectores.

Por la misma linde camina el asno arador de ideas de su hermano pequeño La Razón, que editorializa advirtiéndonos de las procelas que afrontaremos cuando "surja un gobierno débil, sostenido necesariamente por quienes propugnan políticas populistas clientelares, disfrazadas de gasto social que, por cierto, son los mismos que están al frente de las dos autonomías, Cataluña y la Comunidad Valenciana, que más han contribuido a la presente desviación del gasto". El impudor al citar a la Comunidad Valenciana del socialista Ximo Puig, jardín en el que cotidianamente florecen en los telediarios los más bellos capullos de la reciente corrupción pepera, es solo atribuible al hecho de que Francisco Marhuenda aun no se ha enterado de que es director de un periódico, y no sigue cobrando como jefe de gabinete de Mariano Rajoy. Los de Planeta, aun siendo grupo de ADN conservador, deberían advertir al periodista de sus nuevas atribuciones. Coño, Paco.

La huella de los corruptos

Se ha revolucionado un tanto la carcundia mediática con la idea del Govern valenciano de retirar "las placas conmemorativas, inaugurales o menciones honoríficas donde figure el nombre de personas que hayan ostentado cargos públicos y hayan sido condenadas por sentencia firme por casos de corrupción". Para muchos cronistas, una chorrada solo comparable a la sustitución de la iconografía callejera franquista por estatuas de perroflautas. Yo tampoco estoy de acuerdo con la retirada de estas menciones. Si yo fuera presidente, que diría el gran Fernando García Tola, lo que haría es añadir una placa idéntica bajo la inaugural explicando el sobrecoste de la obra y la cuantía de las mordidas que se llevó el excelentísimo o ilustrísima que ponía la primera piedra mientras alargaba la mano. Sería más educativo, sospecho.

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