Se ha descolocado un tanto la derecha mediática con el affaire Soria. Hasta los más marhuendistas entorchados han sentido en la nuca ese escalofrío da cuando te toman el pelo, cuando te vacilan cruelmente, cuando se ríen en tu cara. Mariano Rajoy, por fin, después de traicionar todo y a todos, ha culminado su entelequia de quedarse solo, riéndose en medio de la nada, como un Jocker victorioso y desquiciado después de haber logrado su propósito de destruir el mundo.

Despierta hasta ternura observar a algunos escribanos de la corte buscando piruetas intelectuales para justificar o edulcorar el agravio. La siempre esforzada Isabel San Sebastián acudía este jueves a la desgastada receta del 'y tú más', con un salpimentado de desinformación, que tan socorrida ha sido siempre en las cocinas del ABC. En su columna Enchufados, el azote rubio de la ETA reconoce que "chirriaba el nombramiento de José Manuel Soria para el Banco Mundial", para enseguida justificar el dedazo y la posterior cadena de mentiras toscas recordando que "ese desagradable chirrido dista mucho de ser nuevo y desde luego no es único". Y aquí viene el 'y tú más'.

Arranca la periodista vasca comparando el dedazo del evasor y pinochesco Soria (dimitió de ministro por mentir) con el nombramiento de la socialista Magdalena Álvarez (imputada por los ERE) como vicepresidenta del Banco Europeo de Inversiones en 2010. Olvida San Sebastián que cuando Álvarez fue elevada a los altares del BEI (23.000 pavos al mes) su currículum estaba inmaculado como calzón de monaguillo, y que dimitió (con retraso) cuando la jueza Alaya hizo firme su imputación en el chalaneo andaluz.

Pocas páginas adelante, en la refrescante sección A los cuatro vientos, Bieito Rubido le encarga a un propio darle un soriazo a Almodóvar, aprovechando que tiene en común con Soria el dudoso honor de haber aparecido en los papeles de Panamá. El billete acusa a un enemigo abstracto (y suponemos que de izquierdas) de "hipocresía moral" por Dar palos a Soria, jabón a Almodóvar. No puedo resignarme a no transcribirlo entero, por el bien de los historiadores del frikismo de las generaciones futuras: "La película Julieta, de Pedro Almodóvar, ha sido elegida por la Academia de Cine para representar a España en los Oscar. Almodóvar, como José Manuel Soria, se vio involucrado en los papeles de Panamá. No se cuestionan su valía y sus méritos, pero si los argumentos contra el nombramiento de Soria como director del Banco Mundial eran «éticos y estéticos» –una cuestión de «decencia», según los críticos– la pregunta es: ¿por qué Soria no puede representar a España y Almodóvar sí?".

Acabáramos. Lo de Soria también es una película, como las de Almodóvar, pero protagonizada por el Soria equivocado: Paco Martínez Soria la hubiera bordado: "Vecinos de Villar del Río. Como alcalde vuestro que soy os debo una explicación, y esta explicación que os debo os la voy a dar [repetir tres veces]. La explicación es innecesaria, porque vosotros sois inteligentes y despejados".

Las lisérgicas mentiras de Rajoy y De Guindos llegaron a cabrear incluso al denodado valet monclovita Francisco Marhuenda, que este lunes nos informaba en exclusiva de que Los 'técnicos' que eligieron a Soria son altos cargos del PP, y nos daba sus nombres y apellidos para más escarnio en la información interior de Aurora G. Mateache. Y enfrentando en la página impar el embuste fehaciente del cada vez más prometeico Luis de Guindos: "Sería ilegal negárselo". El turco ya tenía cabeza.

En las páginas de opinión, el siempre espabilado neoliberal Juan Ramón Rallo acusa directamente a Rajoy de "perversión, torpeza y provocación" en este nombramiento. Y, sin cortarse, echa la culpa al Zeus de Pontevedra de la parálisis política del país (a Pedro Sánchez se le ve desde entonces una lágrima perpetua de gratitud cabrioleando por sus mejillas): "En un momento en el que Rajoy dice buscar un amplio apoyo para su investidura, nombrar a Soria constituye una ofensa absurda, innecesaria y arrogante hacia el resto de partidos".

El País hablaba de Nombramiento disparatado, y atizaba fuerte a sus ejecutores, pero terminaba con una enternecedora frasecilla que animaba a Rajoy a ejercer los soriazos con más "profesionalidad y ejemplaridad si quiere desmarcarse de la sombra de corrupción que con razón nos persigue". A mí no me persigue nada. ¿No hubiera sido un poco menos lacayo escribir "lo persigue"? No. No podemos hacerle eso a uno de los nuestros.

El Mundo, por su parte, continúa con su cruzada incansable para que Pedro Sánchez se haga un Boabdil y permita gobernar al jefe de Bárcenas, constructor en B, alma de la Gürtel y la Púnica, creador de los hilillos de plastilina y registrador de la propiedad Mariano Rajoy. En un editorial de este viernes, analizaba la encuesta del CIS sobre las elecciones gallegas y vascas, y achacaba las malas proyecciones socialistas al "trasvase de electores desencantados con la actitud ambigua del PSOE". Los que no pecan nunca de ambiguos son los editorialistas del periódico de la bola: "Pedro Sánchez no sólo es el responsable de que no haya un Gobierno en nuestro país, al negarse a abstenerse y facilitar la investidura de Mariano Rajoy, sino de haber convertido a un partido histórico clave para la gobernabilidad en una opción sin capacidad de influencia". La misma interpretación hace La Razón en su titular del día: El bloqueo de Sánchez hunde al PSOE en las vascas y gallegas según el CIS.

Y mientras todo esto sucede, el Jocker Rajoy les hace otro soriazo con Fernado Jiménez Latorre. Al pontevedrés ya le tiene que aburrir tanto cachondeo impune. Es triste para Jocker no encontrar nunca a su Batman.