Serie Z

Sitges: 'Canino' (Kynodontas). No te la pierdas.

Argumento: Imagina que tienes hijos y nunca les dejas salir de la casa con piscina donde vives. No les dejas escuchar la radio, ver televisión o conectarse a Internet. Mucho menos relacionarse con otras personas. Y les atemorizas con que afuera, los gatos, son los animales más terribles que existen: capaces de despedazar a una persona en cuestión de segundos ¿Cómo sería la vida de tus hijos a los 30 años?

Si estoy enamorado del festival de Sitges, es justo porque en él puedo ver películas buenísimas que, de no ir, jamás se me ocurriría sentarme a ver. Es el caso de 'Canino' (Kynodontas) del director griego Yorgos Lanthimos ("Kinetta" 2005 ó "My best friend", 2001) aunque también podría haberla firmado el enfermo de Haneke si éste tuviera un poco de buen humor corriéndole por las venas y no sólo mala leche. Se podrá ver en España por medio de Karma Films pero aun no tiene fecha de estreno. Si tenéis oportunidad de verla, y os gustan los platos diferentes: no os la perdáis. Alucinaréis. La película triunfó en Cannes.

'Canino' (Kynodontas) está repleto de planos mal encuadrados, con ópticas cutres; a menudo vemos a los personajes únicamente hasta el cuello. Todo está estudiado. No estamos ante una película al uso. El director ha creado un buen vino griego para beber lentamente. Pero cuidado, cuando menos te lo esperes te vas a llevar un buen golpe en la cara. Y de los buenos.

'Canino' (Kynodontas) no es una película donde se cuenta todo. Deja espacios para que el espectador haga su propia versión de los hechos. Es una película fría, que perturba al espectador, con pequeños puntos de humor, imprescindibles para reírse de esta pesadilla que, con Natascha Kampusch o el Monstruo de Amstetten, podría estar sucediendo en alguna parte del planeta. Pero no es una película desagradable o dramática. Está rodada con mucho humor.

'Canino' (Kynodontas) es una de esas películas que se convierten en la excusa ideal para regresar al cine, apagar el teléfono móvil y disfrutar. Suave, dulce y perversa. Si tenéis ocasión de verla: no os la perdáis.

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