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Uno de los suyos

Televisión Española ha conseguido batir un nuevo récord de pérdida de audiencia, en pocos días, Informe Semanal ha dilapidado el 44% de la audiencia que había conseguido a lo largo de 40 años de emisión. El "milagro" ha sido posible con un simple cambio de horario, uno de los trucos favoritos de los programadores de la casa, un ataque desde dentro, directo a la línea de flotación del que fuera buque insignia de los informativos de televisión en España, una muestra de que incluso en los peores tiempos de la Casa siempre hubo un puñado de periodistas profesionales dispuestos a cumplir con las exigencias del oficio y a jugarse la vida si fuera necesario para informar, formar y entretener al público de una televisión pública obligada por ley a desempeñar ciertas funciones de las que hace tiempo que abdicó para ponerse a plena disposición de un gobierno que desconfía del periodismo y tiene fobia a la cultura, tal vez porque el periodismo y la cultura se niegan a plegarse ante la "realidad" que el propio gobierno ha diseñado previamente, porque el periodismo y la cultura desprenden un mefítico tufo de izquierdas. El diario ABC y algunos de sus colegas de la caverna mediática insisten estos días en denunciar "la supuesta superioridad moral de la izquierda" casi con las mismas armas con las que otrora defendían que ellos no eran de derechas de toda la vida porque los conceptos de derecha e izquierda ya estaban superados. Por fin lo reconocen, no hay más que escuchar al coro de marhuendas plañideras coreando con su portavoz, cantamañanas excelso y pajarraco noctámbulo de foros y tertulias, eso de: "El PP es malo", "Rajoy dimite", no están muy dotados para la ironía que también es sospechosamente de izquierdas.

Televisión Española ha enviado a las tinieblas de la nocturnidad Informe Semanal para sustituirlo por un programa de puro entretenimiento. Su fundamento aparente es el de ganar audiencia para el nuevo espacio con  la fidelidad forzosa del prime time, ese horario mágico en el que millones de telespectadores se sientan ante la pequeña pantalla dispuestos a ver lo que les echen. Televisión Española prefiere no informar porque la información la carga ese diablo que no se casa con nadie y que resulta tan difícil de manipular pese a que la propiedad y el uso de la mayor parte (y me quedo corto) de los canales de la TDT están en manos de una derecha que se ampara en el paraguas del "neoliberalismo", paraguas de bazar chino de esos que se invierten al menor soplo y dejan al usuario empapado y expuesto a los resfriados. Bajo el mísero barniz "neocon" emerge y se expone al viento la ideología de la extrema derecha apenas contenida, desatada y belicosa.

Todos los gobiernos han manipulado la televisión pública para sus fines pero nunca hasta estos extremos. Sabedores de que es muy difícil, casi imposible, contar con una plantilla de periodistas profesionales dispuestos a dejar de serlo para medrar en los escalafones públicos o privados, Televisión Española, el Ente, está desmontando a toda prisa sus informativos, desacreditándolos primero para justificar su desaparición dentro de un plan de desmantelamiento previo al reparto de sus despojos mediante una privatización que dejaría TVE en manos de los compinches a los que ya se les entregaron las frecuencias de la Televisión Digital Terrestre sin que muchos de ellos sepan muy bien que hacer con ellas a juzgar por los índices de audiencia que obtienen..

Televisión Española ha desplazado Informe Semanal para dar paso al programa Uno de los nuestros por si quedaban dudas sobre sus intenciones. Uno de los suyos, un aberrante "reality" sobre una realidad degradada. TVE desconfía de la información en nombre de su gobierno y también el gobierno desconfía de la cultura en general y del cine en particular, territorio en el que la inteligencia parece estar en manos del enemigo.

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