La trama mediática

Ave, Munilla purísimo

Anuncian los pífanos con alborozo la recristianización inminente de la descarriada Vasconia. Obrará el milagro, en el papel de misionero de cercanías, José Ignacio Munilla, "hombre de recia fe", según su antecesor Uriarte, y "un cura de aúpa", en etiqueta más pedestre de Cristina López Schlichting. Autoinvestida presidenta de su club de adoratrices, la zurcidora de almas construyó -primero en Cope y al día siguiente en La Razón- esta viñeta propia de las rancias Vidas ejemplares: "Eran muy sonados sus viajes a Fátima con los chicos de la parroquia. Era tanta su fe, que la curiosidad movía a los jóvenes –incluso batasunos– a seguirlo y todos los años se convertían algunos en la visita a la Virgen. En consecuencia, los de HB esperaban el regreso del autobús a pie de calle, para ver si podían recuperar a los suyos". Conmovedor, sólo que eso no cuela ni en los sketches de ¡Vaya semanita!, el programa humorístico de Euskal Telebista.

Confiando ciegamente en las dotes redentoras del elegido por el Vaticano para pastorear a las díscolas ovejas norteñas, José Luis Restán, responsable de programas religiosos de Cope, da por hecho que Gipuzkoa volverá a ser un apacible redil. He aquí sus argumentos: "Seguro de que hay un cansancio respecto a la cultura del nacional-progresismo eclesial, que amenazaba con secar todas las fuentes y que ya no era referente para casi nadie". Es de suponer que Munilla tendrá informes más realistas, porque si no, va dado.

Sexo y género, según Cañizares

Lo siento por ustedes, espíritus paganos, pero seguimos en la iglesia. Toca ahora homilía del Cardenal Antonio Cañizares, que además de prefecto para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, es columnista de La Razón. Ayer advertía a su grey de las nefastas consecuencias de llamar "género" al "sexo". Santigüémonos: "La sexualidad, en esta ideología, no es vista propiamente como 'constitutiva' del hombre; el ser humano sería el resultado del deseo, de la elección. Sea cual sea su sexo físico, el hombre podría elegir su género; esto es: podría decidirse, en cualquier momento, y, consiguientemente, cambiar en su decisión cuando quisiera. Estamos, pues, ante una subversión en toda regla, ante una verdadera revolución cultural de consecuencias destructivas de grandísimo alcance para el futuro del hombre y de la sociedad". Soltaba la filípica Monseñor el día contra la Violencia de Género. Ya se ve qué parte de esa expresión le preocupa.

Más Noticias