La trama mediática

Tres verdades esféricas

Una de las cosas buenas de la edición digital de La Razón es que mientras te chutas por vía parenteral los potitos mecanografiados, sólo con levantar la vista te encuentras frente a frente con una foto King Size de los gachós que los firman. Si vieran la de José Luis Alvite, más de una vez se sentirían embargados por un sentimiento a caballo entre la compasión y la incredulidad. ¿Creerían al calvo de la lotería hablando de remedios contra la alopecia? Pues por lo mismo, cuela más bien poco que el propietario de esa jeró se meta a andrólogo de mercadillo y sentencie: "¿Tanta disfunción eréctil? No lo creo. Se trata más bien de una disfunción eréctil circunstancial, relacionada con otro aspecto negativo que se refleja en el estudio: la rutina. Hombres que se muestran inapetentes con sus parejas resultan ser fogosos amantes al relacionarse con otras mujeres". Como excusa, es penosa. Como machistada, insuperable.

 

El verdadero ecologismo, según Cope

 

Si les incomoda el asunto de los bajos fondos, cambio de conversación. Hablemos de ecología. ¿De lo de salvar a los linces, reciclar las botellas vacías de anís y no contribuir al calentamiento global? No me sean reduccionistas. Eso es ser verde de postal. La verdadera defensa del planeta, nos dice el editorialista de Cope citando al adelantado del neoambientalismo Cardenal Rouco y a su baranda máximo, Benedicto XVI, es otra cosa. Compréndalo ya: "Si no se respeta el derecho a la vida y a la muerte natural, si se hace artificial la concepción, la gestación y el nacimiento del hombre, si se sacrifican embriones humanos a la investigación, la conciencia común acaba perdiendo el concepto de ecología humana y arrastra también a la ecología ambiental". Y ustedes, creyendo que todo consistía en tirar los papeles en el contenador azul y los plásticos en el amarillo. ¡Ja!

Balance provisional de la columna: hemos aprendido una verdad esférica en materia sexual y otra en cuestión ambiental. Como no hay dos sin tres, el divertido charlatán de la feria de las vacuidades Carlos Rodríguez Braun nos regala la que falta desde su tenderete de La Razón. Como toda la quincallería con la que mercadea el sacamuelas liberal, es de índole pseudoideológica: "La izquierda tiene una faceta graciosa, ampliamente reseñada en los últimos días. Sospecho, empero, que limitarse a lo grotesco equivale a ignorar la dimensión más importante y peligrosa del socialismo: su carácter totalitario".

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