La trama mediática

Bárcenas y el superávit del PP

Cual sirvienta de folclórica recién despedida que corre a píar en Diez Minutos, el dimisionario a la fuerza Luis Bárcenas regaló -¿seguro?- a ABC la exclusiva de su despecho. "Me han utilizado como ariete para atacar a Mariano Rajoy", gimoteaba el presunto L.B. El cabrón del sumario de la Gürtel en la entrevista detergente firmada por el mismísimo director del vetusto diario, Ángel Expósito.

Nada de su desahogo en el hombro amigo parecía digno de mención, hasta que el narcisista contable -¡a cuántos no habrán pillado por el ego!- se tiraba el moco de su gestión modelo Rey Midas al frente de lo que en el futuro debería llamarse P&P Corporation. Como la acusada de pufeo Goldman Sachs, el Partido Popular ha conseguido sobrevolar el desastre económico con unos números literalmente de escándalo. Atiendan al mago Bárcenas: "En 2009 la liquidación del presupuesto ha arrojado un beneficio de 412 millones de las antiguas pesetas, para entendernos. Y si se cumple el presupuesto para 2010, debería arrojarse un beneficio de 1.752 millones de pesetas. El patrimonio neto, si descontamos la carga hipotecaria que financia los inmuebles, ronda los dos mil millones de pesetas".

Retrato de Bárcenas por I. Camacho

¿A que ustedes creían que los partidos andaban siempre a la cuarta pregunta? ¿A que, incluso, estaban convencidos de que eran organizaciones sin ánimo de lucro? Pues ya ven que hay uno, el PP, que funciona con otra filosofía. Y le ha ido de cine gracias a los oficios del hombre al que Ignacio Camacho, conocedor del paño, retrataba así en el mismo ABC al que entregó su confesión: "Luis Bárcenas es un tipo singular. Poliédrico, opaco, resolutivo, audaz. Pertenece a la clase de gente que tiene una familiaridad turbadora con el dinero, con la forma de ganarlo y de manejarlo, quizá también con la de disfrazarlo o esconderlo".

Y sí, como se temían, el resto de la cosecha de hoy vuelve a estar contaminada por la trifulca garzonita. Resígnense, que les quedaba por leer al simpático caradura Carlos Rodríguez Braun aportando su óbolo a la causa en La Razón: "La clave es que es un defensor de los 'derechos humanos' que persiguió a Pinochet y jamás le tosió a Fidel Castro, que hostigó a ETA (faisanes aparte) pero nunca a los terroristas latinoamericanos, que quiere investigar el franquismo pero nunca a Santiago Carrillo y los asesinatos de Paracuellos". Algo es algo: en toda la columna no estaban la palabra aquelarre.

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