La trama mediática

Ahora Mas es menos

A los amanuenses de Diestralandia se les ha ido el cava por el conducto incorrecto y lagrimean que es un primor. No hace ni un mes que barnizaron de derecha la victoria de Artur Mas, y ahora se encuentran con la primera en la frente. "Mas empieza mal", sentencia con ceño fruncido el editorialista de ABC, antes de explayarse: "Empieza mal la andadura del nuevo presidente catalán. En lugar de buscar acuerdos ambiciosos para luchar contra la crisis económica, prefiere lanzar guiños al nacionalismo radical con el auxilio de su principal adversario electoral". Unas páginas más allá, José María Carrascal remata: "Afinando el oído, suena a Plan Ibarretze con otros nombres y sin ganas de asustar. Una búsqueda del soberanismo a plazos y con vaselina".

Afectado por el mismo sarpullido, el editorialista de La Razón se mesa los cabellos: "El futuro de Cataluña no puede pasar de nuevo por las estériles y melancólicas discusiones particularistas e identitarias, que tanto han frustrado a esa Comunidad". Lo identitario, claro, es sólo lo del otro lado. De igual modo, únicamente el nacionalismo catalán -jamás el español- es perverso, como señala, apoyándose en un insigne Nobel, el editorialista de El Mundo: "El catalán integra, el español margina. Ese es el mensaje del nacionalismo, que parafraseando al flamante Nobel Mario Vargas Llosa en su discurso ante la Academia sueca, es una plaga incurable del mundo moderno". Y esto acaba de empezar.

Discurso de la reina

Qué poca trascendencia para un día como el de hoy, ¿no? Por fortuna, Cristina López Schlichting, nos muestra sus llagas sangrantes en La Razón: "La Nochebuena es el momento en que la promesa se hace carne, y conviene ponerse de rodillas y anhelar el misterio. Algún día lo veremos cara a cara. Todo nuestro ser lo advierte". ¿Suena a fundamentalismo católico? Ni se les ocurra decirlo en voz alto o quedarán manchados de desprestigio, según la curisa teoría de un tal Javier Gomá en ABC: "Detractores del cristianismo y de los cristianos se detienen sin excepción ante el galileo: imposible criticarlo sin desprestigiarse".

Y como guinda, Agapito Maestre propone, desde Libertad Digital sustituir el discurso del rey... ¡por el de la reina! Se lo juro: "Con doña Sofía en las pantallas de televisión todos ganaríamos. Las audiencias televisivas alcanzarían cifras inigualables. España estaría, otra vez, en posición de salida en su capacidad inventiva".

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