La provincia turca de Hatay cobija las localidades de Ryhanli, donde han tenido lugar dos atentados con coche bomba, y Alejandreta o Iskanderun, que fundó Alejandro Magno en el siglo IV antes de Cristo.

Es una provincia limítrofe con Siria -de población mixta, árabe y turca- donde han tomado refugio una gran cantidad de sirios que huyen de la guerra civil que asola el país, pero donde también hay un número significativo de grupos, incluidos yihadistas, que usan Turquía como base estratégica, con el consentimiento del primer ministro Erdogan, para meter en el norte de Siria armas y milicianos.

Ankara ha señalado a los servicios secretos sirios, los mujabarat, como responsables de los atentados que se han cobrado la vida de casi medio centenar de personas.

¿Tiene motivos para comportarse así Siria? Ciertamente los tiene. Empezando, como se ha dicho, porque Turquía está jugando un papel muy activo en la guerra civil de su vecino. Erdogan no para de hacer declaraciones en contra del régimen de Assad y además ayuda logística y militarmente a los rebeldes de muchas maneras.

En una de sus últimas declaraciones, Erdogan ha dicho que el régimen sirio está utilizando armas químicas. Dice que tiene pruebas en ese sentido y que pronto se las entregará a las Naciones Unidas.

Sin embargo, las cosas no son necesariamente siempre del color que parecen, y menos en Oriente Próximo. No hay que descartar que detrás de los atentados estén otros agentes que deseen la entrada directa de Turquía en la guerra civil siria. No olvidemos que el jueves Erdogan viajará a entrevistarse con Obama.

Baste recordar el caso de Abu Nidal, el terrorista palestino que nunca atentó contra Israel y sobre cuyas actividades escribió un libro muy curioso e interesante Patrick Seale. Y es que ha habido muchos grupos radicales que han estado tan infiltrados por servicios secretos extranjeros que resulta muy difícil determinar quién está detrás de ciertos atentados.

Damasco ha negado cualquier implicación en lo de Turquía, pero eso no significa nada. Turquía ha detenido a una decena de turcos sospechosos de estar implicados en los atentados, pero eso tampoco significa nada.

Lamentablemente lo que trasciende al hombre corriente es muchísimo menos de lo que hacen y conocen los servicios secretos, de manera que lo más probable es que nunca se disipen las dudas sobre lo que realmente ocurrió el sábado en Reyhanli.