Antes de ayer Irlanda aceptó el "rescate" de la UE y veinticuatro horas después los especuladores ya se cebaban en ella. Comenzada otra vez la misma película, se puso en marcha la misma retórica:

     -Hacer los deberes. César Montoro, portavoz de economía del PP, volvió a utilizar esa frase en una entrevista en RNE. Significa recortar el gasto social, y privatizar lo público. Si no se hace, los inversores castigan.

     -Todos unidos contra la crisis. Esta es un clásico de Zapatero. Pero ¿quiénes son todos? Porque habrá muchos que no quieran combatirla. Los que se benefician de ella, por ejemplo.

     -El ataque de los mercados. Se emplea esta expresión como si se hablara de El ataque de los tomates asesinos. Sin embargo los mercados son personas que hacen negocios, que especulan, y tienen nombre, cara, en fin, son humanos. En este sentido debería ser de lectura obligatoria la entrevista de Der Spiegel a Jerome Kerviel, operador especulativo para el banco francés Societé Generale, porque pone cara ahí donde algunos quieren poner una abstracción. Estas son algunas de sus afirmaciones: "Estaba atrapado en una espiral para hacer siempre más y más", "se pierde el sentido de las cantidades manejadas", "había apostado 30.000 millones a la bajada del Dax", "se tarda un segundo en invertir 150 millones de euros". Big brother no es un tirano comunista, es un bróker con un notebook que solo piensa en ganar dinero.

    Todavía nos quedan muchas horas de película, ¿pero por qué esa retórica infantil? La codicia es un defecto humano. Los monstruos, señoras y señores, no existen.