Fuego amigo

A ver quién es el primero en ponerse mascarilla

Dicen los expertos de la OMS que la gripe A será una pandemia con la llegada del frío. No sé a cuantos de nosotros se llevará a la cama (hum...) o al otro barrio, pero intuyo que va a cambiar muchas de nuestras costumbres. Me cuentan que en Asturias ya están tomándose muy en serio el hecho de no compartir vaso de sidra en grupo, como se hacía hasta ahora, tradición que tengo clasificada entre las costumbres bárbaras de los españoles, como la fiesta de los toros y festejos en que se torturan animales, como las de las cacas de los perros y los esputos verdes en las aceras, como la de tirar todo tipo de cáscaras y desperdicios al suelo de los bares y cines. Lo de compartir las babas con los demás en las sidrerías hizo que, en mis incursiones por tierra tan hermosa, me hiciese abstemio (falso abstemio, pues la sidra natural me parece una joya gastronómica). Y nunca llegué a creerme que el famoso "culín" que se tira al suelo pueda limpiar ni por asomo los restos orgánicos que toda una peña va acumulando en el fondo del vaso, entre risas y brindis.

Ante la amenaza de la gripe A, el Colegio de Médicos de Madrid colgó un cartel en su sede con este lema: "No beses, no des la mano, di hola". Sólo les faltó decir: sé más japonés, saluda con una inclinación. Está por ver si los españoles seremos capaces de ponernos una mascarilla al menor síntoma de gripe porque tenemos un extraño sentido del ridículo.

En Japón, una de las costumbres que más me llamó la atención fue ver por la calle y en los transportes públicos a gente con mascarilla. En un principio pensé que se trataba de personas especialmente aprensivas, como Michael Jackson, que temían contagiarse de los muchos virus que se cocinan en el aire contaminado de las grandes ciudades. Cuando me contaron que no, que se trataba de gente con catarro, y que lo hacía para no contagiar a sus convecinos, pensé qué ocurriría si se pidiese a los españoles acatarrados, no ya que no te estornuden delante de la cara en el Metro, sino que se coloquen un bozal de tela con los primeros síntomas de malestar. El descojone, vamos.

También está afectando a ciertas costumbres religiosas, y esto sí que puede ser catastrófico. Algunos clérigos están recomendando que no se tome agua bendita, que no se abrace al apóstol Santiago, que cada feligrés tome su hostia en la mano para que la del cura no sirva de vehículo de transmisión de la gripe, que se abandone el beso de reliquias y medallas milagreras... porque los dioses, como ocurre siempre en todas las religiones, pueden lograr lo más difícil, como es llevarte al cielo el día de mañana, pero son incapaces de conseguir algo tan fácil como esterilizar los instrumentos sagrados. Los dioses pueden fabricarte un paraíso, pero de la técnica de Pasteur no tienen ni idea.

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Meditación para hoy:

PP Bono le tiraba de las orejas el otro día a Iosif Blanco por haber insinuado que los impuestos deberían ser progresivos, y le recordó al vicesecretario del PSOE y ministro de Fomento que es la ministra Salgado quien decide las subidas de impuestos.

El otro PP, el de Rajoy, piensa lo mismo que el PP del PSOE. Rajoy ya ha avisado que, cuando deje de pescar y beberse las existencias de los chiringuitos gallegos, ahora con la llegada del nuevo curso se va a oponer "frontalmente" a la subida de impuestos.

Oído cocina en Moncloa: si "estos" dos creen que no hay que subir los impuestos es que ya estamos tardando.

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